Desde 2019, se ha desmantelado en Gipuzkoa (Euskal Herria) una red dedicada a la explotación ilegal de personas de origen marroquí. Según las investigaciones, los explotadores obtenían permisos de trabajo y residencia o empadronamientos falsos a cambio de dinero, y luego obligaban a las víctimas a trabajar para ellos en condiciones de miseria. Hay cuatro personas detenidas en relación con esta red de explotación.
Según recoge Gedar Langile Kazeta, la red captaba personas en Marruecos ofreciéndoles trabajo, y una vez en Gipuzkoa, regularizaban su situación administrativa para su explotación laboral ilegal. Para regularizar la situación de estas personas, utilizaron dos empresas del sector de la construcción (una con sede en Gipuzkoa y otra en Bizkaia), contratando falsamente a los trabajadores y así obtener permisos legales. Sin embargo, después los obligaban a trabajar fuera de esas empresas, en condiciones muy precarias: jornadas interminables, sueldos bajos, sin aplicar convenios laborales y sin ningún control.
Los responsables de la red llegaron a ganar hasta 3.000 euros por cada víctima solo por realizar estos trámites. Además, les quitaban parte del salario directamente o les exigían favores a cambio, como realizar reformas en Marruecos. Bajo esta red, se estima que al menos 35 personas de origen marroquí han sido empadronadas fraudulentamente en varias viviendas de Gipuzkoa, especialmente en Irun y Donostia, cobrando por ello. Trece de las víctimas han declarado haber pagado por conseguir empadronamientos falsos para regularizar su situación, aunque no residieran en la vivienda que figuraba en los papeles.