La Ertzaintza inició el 3 de abril el desalojo del Gaztetxe Etxarri II, en el barrio de Errekalde de Bilbo (Bizkaia). La víspera del día fijado para el desalojo, la Policía estableció un control de acceso en el Gaztetxe y realizó varias cargas en los alrededores, utilizando, entre otros medios, proyectiles de foam. Varios agentes detuvieron y causaron heridas a varias personas, entre ellas Iker Arana: un agente le disparó con un proyectil de foam y, como consecuencia, perdió un testículo.
Días después, se celebró una comparecencia en Errekalde, advirtiendo que se emprenderían acciones legales contra los responsables del ataque: “Presentaremos denuncias para que se esclarezcan los hechos y los responsables de esa actuación policial sean juzgados, tanto el agente que disparó intencionadamente la bala de foam como los responsables del operativo policial”.
En un primer momento, el Gobierno Vasco llegó a negar que Arana hubiera sido herido por la Ertzaintza. El consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, admitió un mes después que el bilbaíno fue alcanzado por un proyectil de foam disparado por la Ertzaintza, y que en ese momento no había disturbios en la zona.
Según informó Radio Euskadi anoche, el Departamento de Seguridad ha identificado al agente que presuntamente disparó contra Arana. Al parecer, la identificación ha sido posible gracias a la documentación presentada por la propia víctima; por el contrario, el material que la Ertzaintza pretendía aportar no ha resultado útil para ello. Las grabaciones entregadas para la investigación correspondían a las bodycams de 35 agentes. Ninguna de ellas aportó pruebas concluyentes.
El propio Zupiria reconoció en mayo que “un proyectil de foam de corto alcance” impactó a Arana y que se utilizó contra él “un lanzador de 40 milímetros”. Esto, en teoría, limitaba el número de agentes que pudieron haber herido al joven.