La Cámara de Representantes dio luz verde este jueves al megaproyecto fiscal impulsado por Donald Trump, “The One Big Beautiful Bill”, con 218 votos a favor y 214 en contra, tras superar semanas de intensos debates y maniobras parlamentarias. La ley, que ya había sido aprobada en el Senado con el voto de desempate del vicepresidente J.D. Vance, consolida la agenda fiscal del presidente para su segundo mandato y se espera que sea promulgada este 4 de julio, Día de la Independencia.
El proyecto contempla extender de forma permanente los recortes fiscales aprobados en el primer mandato de Trump (2017-2021), con reducciones impositivas que beneficiarán principalmente a las grandes empresas y a los hogares más ricos, mientras que programas sociales como Medicaid sufrirán recortes significativos. Además, incluye un aumento considerable del gasto en “seguridad nacional” y control migratorio, con fondos para el muro fronterizo, la contratación de miles de agentes de inmigración y la financiación del sistema antimisiles Golden Dome, así como un incremento en el presupuesto del Pentágono.
La aprobación de esta ley se produce en un contexto de creciente deuda pública: la deuda pública supera los 36 billones de dólares, con 9,2 billones venciendo solo en 2025, lo que representa el 25% del total nacional y ejerce una fuerte presión sobre los mercados financieros y el Tesoro. El déficit federal para 2024 ya ascencía a 1,8 billones de dólares y los pagos de intereses ya superaban el billón anual, mientras Moody’s ha rebajado la calificación crediticia estadounidense, que podría incrementarse en 3,3 billones de dólares en la próxima década según la Oficina Presupuestaria del Congreso.
175 mil millones en deportaciones
Todo ello llega, además, en medio de críticas por la reducción de apoyos sociales y la ampliación de la austeridad para los trabajadores. El nuevo marco fiscal, que prioriza la rebaja de impuestos y el gasto en control social, contrasta con los recortes en programas sociales y el endurecimiento de la austeridad para trabajadores y familias. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) ha alcanzado en 2025 el mayor presupuesto de su historia, situándose por encima del asignado al Cuerpo de Marines de EE. UU., según datos de la administración federal. La ley asigna un presupuesto histórico para ICE, con fondos para contratar 10.000 nuevos oficiales, expandir la capacidad de detención y financiar deportaciones masivas. Para ello, recibe un aumento significativo hasta 175 mil millones dólares para deportaciones y el muro.
Mientras tanto, La economía estadounidense presenta en un escenario de creciente desigualdad y advertencias sobre el riesgo de una crisis de deuda. Analistas y organismos internacionales advierten que la combinación de deuda récord, austeridad social y gasto militar plantea riesgos para la estabilidad económica y social del país.