La producción petrolera de la República Islámica de Irán ha experimentado un crecimiento sostenido durante 2024 y 2025, alcanzando un promedio de 3,26 millones de barriles diarios en 2024, lo que supone un aumento de casi el 13% respecto al año anterior, según los últimos datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
En los primeros meses de 2025, la producción se ha mantenido al alza, situándose en torno a los 3,3 millones de barriles diarios, pese a la intensificación de las sanciones estadounidenses y las presiones internacionales. Así, Irán se consolida como el tercer mayor productor de la OPEP, solo por detrás de Arabia Saudí e Irak.
El sector energético iraní ha demostrado una resistido a los envites, manteniendo e incluso incrementando sus exportaciones, especialmente hacia mercados asiáticos como China, a través de canales tanto oficiales como no oficiales. Este auge se explica en parte por la diversificación de la producción, que incluye no solo crudo, sino también condensados y líquidos de gas natural, productos que han ganado peso en la balanza exportadora iraní.
A pesar de los ataques aéreos de EE. UU. e y el Estado de Israel sobre infraestructuras estratégicas, los daños han sido limitados y rápidamente reparados, permitiendo que la industria mantenga su ritmo de producción y exportación, según reportes del sector y de agencias internacionales recogidos por Bloomberg.
Las sanciones estadounidenses, endurecidas desde 2018, no han logrado frenar el avance del sector petrolero iraní, que sigue siendo la principal fuente de divisas para el país. Las autoridades iraníes han anunciado planes para acercar la producción a los 4 millones de barriles diarios en el corto plazo, mientras los ingresos por exportaciones energéticas alcanzaron máximos de los últimos doce años, según estimaciones de consultoras y organismos internacionales.