El Estado de Israel ha lanzado en los últimos días una nueva oleada de ataques Franja de Gaza, Líbano y Yemen. En el enclave palestino se cuentan al menos 82 asesinados el domingo, entre ellos 10 personas que esperaban ayuda alimentaria y seis menores refugiados en una escuela de la ONU en Ciudad de Gaza, según fuentes hospitalarias y reportes de Al Jazeera. Los bombardeos han destruido viviendas y refugios de desplazados, y los equipos de rescate han tenido que buscar supervivientes entre los escombros con sus propias manos. Hospitales como Al-Shifa y Al-Aqsa Mártires han informado de múltiples víctimas, en ataques nocturnos a clínicas, apartamentos y campos de refugiados.
En paralelo, las fuerzas israelíes han realizado más ataques aéreos y con drones sobre el este y sur de Líbano, así como sobre infraestructuras clave en Yemen, en el contexto de una escalada regional que ha dejado víctimas civiles y ha generado condenas internacionales. Según el Ministerio de Salud de Líbano y la agencia oficial NNA, los bombardeos israelíes han asesinado al menos a una persona y han dejado varios heridos en localidades como Bint Jbeil, Shebaa y Chaqra, además de daños en infraestructuras civiles y viviendas. Estos ataques se producen pese a la existencia formal de un alto el fuego firmado en noviembre de 2024, que el Estado de Israel ha violado en más de 3.700 ocasiones en ocho meses, según las autoridades libanesas, con un balance de más de 195 muertos y 433 heridos.
En Yemen, la aviación israelí bombardeó los puertos de Hodeida, Ras Isa y Salif, así como una central eléctrica, argumentando que estos lugares eran “utilizados por los hutíes para transferir armas y organizar ataques contra Israel y la navegación internacional”. Fuentes locales y medios internacionales informan que estos ataques han dejado víctimas y han provocado daños considerables en infraestructuras esenciales para la población yemení. El líder del Movimiento Ansarrollah, Abdulmalik Badredín al Huti, denunció que los bombardeos buscan “dañar los medios de vida y subsistencia de los yemeníes” y aseguró que no disuadirán a su movimiento de apoyar a Gaza y responder a la agresión israelí.
Hezbolá, por su parte, ha reiterado que responderá a cualquier agresión israelí y ha advertido que la expansión de los ataques tendrá una respuesta proporcional y más intensa. El movimiento libanés denuncia que la entidad colonial está llevando a cabo ataques diarios contra territorio libanés, afectando a la población civil y desestabilizando la región.
En el plano diplomático, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que hay una “buena posibilidad” de que el Estado de Israel y la resistencia palestina lleguen a un acuerdo de alto el fuego esta semana. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, este lunes a Washington para reunirse con Trump y discutir la propuesta, mientras las negociaciones continúan en Doha. Hamas ha dado una “respuesta positiva” pero exige que la ayuda humanitaria sea gestionada por Naciones Unidas y que el ocupación militar israelí en Gaza se limite a zonas aprobadas, además de que las negociaciones para el fin de la guerra genocida comiencen el primer día del acuerdo de 60 días. Netanyahu, por su parte, ha calificado las demandas de Hamas de “simplemente inaceptables”, pero ha enviado negociadores a Qatar en medio de una presión internacional creciente.
Mientras tanto, juristas franceses han solicitado a la justicia la suspensión de un envío de material militar para el Estado de Israel, alertando sobre la complicidad en crímenes internacionales. Organizaciones internacionales como BRICS han reclamado un alto el fuego “inmediato e incondicional” y la retirada total de las fuerzas israelíes de la Franja. La situación humanitaria en Gaza sigue deteriorándose, con miles de desplazados y una crisis agravada por los ataques a infraestructuras y la escasez de ayuda.