El Ayuntamiento de Cádiz ha decidido aumentar la presencia policial en las playas de la ciudad, especialmente en Santa María del Mar, para “garantizar la convivencia y el cumplimiento de la normativa sobre juegos de pelota”. La medida, anunciada por el teniente de alcalde delegado de Seguridad Ciudadana, Juancho Ortiz, responde a las “numerosas quejas de familias por la práctica de juegos de pelota en zonas no autorizadas”, según informa La Voz del Sur.
El refuerzo de la vigilancia policial se produce tras un incidente ocurrido el pasado miércoles, cuando agentes de la Policía Local acudieron a la playa de Santa María alertados por bañistas debido a “juegos de pelota y música a alto volumen”. La intervención policial terminó con la detención de dos personas y la denuncia a cuatro menores, después de que una menor intentara huir cuando los agentes intentaron identificarla, lo que derivó en una trifulca donde habrían resultado “cuatro agentes heridos y daños materiales”.
El Consistorio recuerda que la Ordenanza de Playas de Cádiz “prohíbe los juegos de pelota fuera de las áreas deportivas habilitadas durante la temporada de baños”. Las infracciones se consideran “leves”, aunque pueden acarrear multas de hasta 750 euros. El pasado verano se impusieron 77 sanciones y se retuvieron 274 balones.
Escalada normativa y represiva en la playa
Además del refuerzo policial y las sanciones anunciadas, la vigilancia en las playas de Cádiz responde a un contexto más amplio de control policial de las actividades en los arenales que viene de tiempo atrás. Según datos del año pasado, sólo en los primeros cuatro días de julio requisaron hasta 40 pelotas por jugar en “zonas no habilitadas”, principalmente en Santa María del Mar.
La normativa municipal ha prohibido todos los juegos de pelota en la playa, incluidas las palas. Estas actividades han de practicarse “en zonas deportivas habilitadas”, con sanciones cada vez más altas para los infractores.
Además, la ordenanza recoge una larga lista de prohibiciones que van desde pescar en la orilla o instalar tiendas de campaña hasta poner música a alto volumen o fumar en playas declaradas “libres de humo”.