El sindicato CGT ha anunciado la desconvocatoria de la huelga indefinida del metal en la Bahía de Cádiz, una decisión adoptada por las asambleas de trabajadores tras 23 días de paro en demanda de condiciones laborales dignas. La movilización, iniciada el pasado 23 de junio, surgió como respuesta a un “preacuerdo basura” firmado entre la patronal FEMCA y UGT —con la connivencia de CC.OO.— que, según CGT y la Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM), supone un grave retroceso en derechos para las más de 30.000 personas empleadas en el sector, especialmente para quienes sufren la precariedad en empresas auxiliares y subcontratas.
Durante las tres semanas de huelga, CGT y CTM han exigido:
- Salarios que garanticen el poder adquisitivo perdido en años de recortes.
- Condiciones laborales más seguras y estables, especialmente para los colectivos más precarios.
- Un convenio que cubra a toda la plantilla, sin dejar a nadie atrás.
La FEMCA, por su parte, ha rechazado cualquier mediación, alegando que el acuerdo alcanzado con los sindicatos mayoritarios “es suficiente” y ha deslegitimado las movilizaciones del resto de organizaciones sindicales, acusando incluso a CGT y CTM de promover “actos vandálicos”.
CGT denuncia que la vigencia del nuevo convenio hasta 2032 es “inaceptable” y que se ha blindado un pacto a espaldas de las asambleas, beneficiando únicamente a la patronal y perpetuando condiciones empobrecedoras impuestas en 2012 bajo la excusa de la crisis.
Represión y criminalización
El sindicato también ha criticado el fuerte despliegue policial durante las protestas, con registros, persecuciones y cargas en manifestaciones, así como la criminalización de los trabajadores más combativos por parte de la patronal y sectores mediáticos. CGT asegura que continuará defendiendo a todas las personas represaliadas durante el conflicto, tanto laboral como físicamente.
Presiones y amenazas empresariales
A lo largo del conflicto, la patronal ha amenazado con ERTEs y cierres patronales, y ha reiterado su negativa a reconocer la legitimidad de las huelgas y movilizaciones promovidas por CGT y CTM. El sindicato denuncia que el acuerdo firmado no contempla mejoras para los trabajadores de subcontratas ni pluses de toxicidad, y que la negociación ha ignorado las demandas reales del sector.
Nueva etapa de lucha
Tras la desconvocatoria, CGT anuncia que la lucha continuará “empresa a empresa” para mejorar las condiciones laborales y sociales de las plantillas, y reitera su compromiso con la acción directa y la democracia sindical, escuchando y actuando según las decisiones de las asambleas.
La huelga del metal en Cádiz concluye así una etapa de movilización ejemplar para el sindicalismo combativo, marcada por la resistencia a los acuerdos impuestos y la denuncia de la represión y las presiones patronales, en un sector clave para la economía de la Bahía.