Más de 1.500 trabajadores sanitarios masacrados en Gaza desde 2023

La ONU advierte que los ataques israelíes continúan elevando el número de víctimas y destruyendo la infraestructura médica, mientras la ayuda humanitaria sigue siendo insuficiente.

Trabajadores sanitarios de Gaza despiden a sus compañeros asesinados en ataques israelíes.
Foto: @AFpost (X)

Más de 1.500 trabajadores sanitarios han sido asesinados en la Franja de Gaza desde 2023, según los últimos datos del Ministerio de Salud de Gaza difundidos por Al Jazeera y citados por la ONU. La cifra, que incluye médicos, enfermeros y personal de ambulancias, muestra el impacto devastador de los ataques israelíes sobre el sistema sanitario del enclave, que ya estaba gravemente debilitado antes del inicio de la ofensiva genocida a gran escala.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) ha reiterado que la continuidad de los bombardeos israelíes está provocando un aumento constante de víctimas, desplazando a la población civil y destruyendo infraestructuras esenciales, incluidas instalaciones médicas y viviendas. En los últimos días, ataques sobre tiendas y edificios residenciales en lo que queda de Ciudad de Gaza y Deir el-Balah han causado decenas de muertes, entre ellas la de varios sanitarios y sus familias.

OCHA subraya que, pese a la entrada puntual de convoyes de ayuda —como los 11 camiones de la OMS con suministros quirúrgicos que accedieron a Gaza el pasado martes—, la asistencia humanitaria es “una fracción de lo necesario” y reclama la apertura de todos los pasos fronterizos para permitir un flujo sostenido y suficiente de ayuda, en línea con las peticiones de Hamas en las conversaciones de Doha.

La Organización Mundial de la Salud y otras agencias internacionales han documentado centenares de ataques contra instalaciones sanitarias, ambulancias y personal médico en Gaza desde octubre de 2023, con hospitales y centros de salud dañados o fuera de servicio y un sistema al borde del colapso. Los organismos humanitarios advierten que la falta de recursos y la inseguridad están dificultando gravemente la atención de los heridos y la respuesta a las emergencias médicas.

A pesar de la gravedad de la situación, los países del mundo no garantizan la protección de los sanitarios ni la llegada de la ayuda necesaria, por lo que estos trabajadores tienen que ejercer su profesión bajo condiciones extremas, como los cirujanos del hospital Nasser, que siguen salvando vidas mientras los cadáveres se van acumulando y el deterioro de la infraestructura médica no se detiene.