La Corte de Apelación de París ha ordenado este jueves 17 de julio la liberación de Georges Ibrahim Abdallah, histórico militante comunista propalestino, fijando su salida para el próximo 25 de julio tras 41 años bajo detención en cárceles francesas. Abdallah, de 73 años, permanecerá encarcelado hasta su expulsión inmediata del Estado francés, tal y como establece la sentencia. Será trasladado desde el centro penitenciario de Lannemezan (Altos Pirineos) y deberá viajar directamente a Beirut, donde está previsto que le reciba su familia en su aldea natal de Kobayat, al norte del Líbano.
Su abogado, Jean-Louis Chalanset, celebra la decisión judicial como “una victoria judicial y un escándalo político que no haya salido antes, por la presión de EE. UU. y la sucesión de presidentes franceses”. La liberación ha sido largamente reclamada por movimientos sociales, organizaciones propalestinas y amplios sectores de la izquierda francesa e internacional, que consideran al preso político un símbolo de la solidaridad internacionalista con la causa palestina.
La decisión pondrá fin a uno de los episodios de encarcelamiento político más largos de Europa y Oriente Medio. Organizaciones de derechos humanos y militantes de diversos movimientos han anunciado concentraciones para celebrar la victoria y reclamar el respeto a los procesos de liberación de presos políticos perseguidos por defender las causas emancipatorias.
Idas y venidas
El proceso de excarcelación ha sido largo y tortuoso para el veterano militante: desde finales de los años noventa, Abdallah inició numerosas solicitudes de libertad condicional tras cumplir el mínimo legal de condena, pero todas —incluida una concesión aprobada en 2013— fueron bloqueadas por decisiones administrativas cuando debía ser expulsado del Estado francés, debido a la presión directa de los estadounidenses y los sionistas sobre las autoridades francesas.
A lo largo de los años, cada avance judicial a favor de su liberación se veía seguido por recursos presentados por la fiscalía antiterrorista o la imposición de nuevos requisitos, como indemnizaciones exigidas a petición de partes civiles estadounidenses e israelíes, que él siempre se ha negado a pagar por principios políticos. Incluso cuando los tribunales adoptaban decisiones favorables a su excarcelación, el proceso quedaba detenido por largos procedimientos de apelación o requerimientos adicionales, manteniéndolo en prisión durante años más allá de lo previsto. La última vez, en noviembre de 2024, un tribunal le concedía la libertad, pero la decisión fue pospuesta en febrero de este año.
Finalmente, tras más de cuatro décadas de encarcelamiento y presiones internacionales continuas, la Corte de Apelación de París ha fijado su liberación definitiva para el 25 de julio de 2025, condicionada a la expulsión inmediata del territorio francés, poniendo fin a uno de los procesos de excarcelación más tortuosos y politizados de Europa.