Siete personas vinculadas al movimiento antifascista en Austria están siendo investigadas por “robo con agravantes” en virtud del artículo 143 del Código Penal —usado generalmente para “robos a mano armada” o “crimen organizado”— tras un supuesto incidente menor durante el Akademikerball, acto anual organizado por fraternidades nacionalistas alemanas y figuras del partido fascista FPÖ en Graz.
La policía austriaca sostiene que “uno de los asistentes a ese evento perdió su gorra en una confrontación relacionada con la protesta”, hecho que originó una investigación encabezada por el Servicio Secreto del Estado de Austria (LSE) y la Fiscalía de Graz, según comunicados difundidos por organizaciones de apoyo a los acusados.
Los registros domiciliarios han sido ejecutados por la unidad especial COBRA, fuertemente armada. Varios testigos afirman que las entradas se realizaron de madrugada, de forma violenta, con los agentes encañonando con pistolas incluso a personas no implicadas. Las personas detenidas —en algunos casos sin antecedentes y sin pruebas públicas presentadas— fueron retenidas entre 96 horas y dos meses sin sentencia ni juicio. Además, sus dispositivos electrónicos fueron confiscados y no se los han devuelto hasta este martes. De acuerdo con el grupo de solidaridad con los represaliados y la red de juristas CILIP, se activaron órdenes de detención europeas y notificaciones de búsqueda en Interpol contra militantes no localizados en el momento de los registros.
Las actuaciones han incluido también medidas contra personas sin ciudadanía austriaca. Según los grupos de apoyo legal, tres de los antifascistas fueron llevados directamente ante la policía migratoria tras su liberación judicial, sin que mediara un procedimiento previo de expulsión. Actualmente, deben presentarse semanalmente en una comisaría y están bajo amenaza de deportación. “Es una operación que apunta directamente a la disuasión del activismo político”, han declarado portavoces del colectivo. La falta de evidencia material sobre el presunto delito y la dureza de las medidas han sido cuestionadas por juristas en medios de comunicación austríacos y en comunicados de solidaridad publicados en Alemania.
El contexto político inmediato en Austria refuerza las alertas internacionales: el FPÖ —formación fascista fundada en 1956 por exmiembros del Partido Nazi— mantiene altos niveles de intención de voto en la región de Estiria, que gobierna actualmente. “¡No nos dejaremos intimidar por estos ataques y acoso estatales!”, denuncian los colectivos solidarios.
Las organizaciones denunciantes afirman que “no es de extrañar que la policía reciba continuamente más poderes y que las luchas antifascistas sean cada vez más atacadas”. Sin embargo, consideran que esto sólo demuestra “la importancia de las organizaciones antifascistas y de una oposición activa a esta escalada autoritaria”. Por ello, llaman a una movilización internacional y a una vigilancia activa de la situación judicial de las personas represaliadas.