Issa Tchiroma Bakary, candidato del Frente de Salvación Nacional de Camerún (FSNC) y exministro de Comunicación y Empleo, afirmó este lunes que ha ganado las presidenciales celebradas el domingo 12 de octubre, en las que su rival, el tirano Paul Biya, títere del Estado francés que busca extender un octavo mandato tras 43 años consecutivos en el poder. Desde su ciudad natal de Garoua, Tchiroma aseguró que “la victoria es clara y debe ser respetada”, y llamó a Biya a “honrar la verdad de las urnas” y aceptar el resultado, advirtiendo que, de lo contrario, el país podría sumirse en la inestabilidad.

Con 76 años, Tchiroma rompió con el partido en el gobierno este año y lideró una campaña apoyada por una coalición de fuerzas opositoras y organismos civiles que movilizaron a las masas. Destacó, asimismo, "la valentía de los votantes" que, pese a las presiones e intimidaciones, permanecieron en los colegios electorales para proteger sus votos, donde festejaron la posible victoria electoral. De momento, el gobierno no ha dado respuesta oficial a la declaración del opositor, mientras el ministro de Administración Territorial advirtía que “difundir resultados no oficiales podría considerarse alta traición”.

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Según la legislación camerunesa, solo el Consejo Constitucional tiene la autoridad para validar y anunciar los resultados oficiales, con plazo hasta el 26 de octubre para hacerlo. Tchiroma adelantó que pronto publicará un desglose regional de los resultados basados en las actas mostradas públicamente en las mesas electorales, ante la enorme desconfianza del electorado y sospechas de fraude. En su discurso, agradeció a otros candidatos que ya le han felicitado y reconocido "la voluntad popular expresada en las urnas".

El sistema electoral camerunés es de vuelta única, otorgando la presidencia al candidato más votado. Más de 8 millones de personas estaban habilitadas para votar en un país que ronda los 28 millones de habitantes. Los comicios pudieron efectuarse pese a la fuerte división interna de la oposición y el amplio control institucional que aún mantiene la administración de Paul Biya, de 92 años y el mandatario en activo más longevo del mundo.

La guerra colonial y neocolonial contra el comunismo en Camerún

La tensión y la disputa de este proceso electoral deben entenderse en un marco histórico que heredero directo del dominio colonial francés, con la intención de neutralizar las aspiraciones independentistas y anticoloniales del movimiento marxista panafricanista Unión de los Pueblos de Camerún (UPC). Esta organización fue ilegalizada y masacrada en 1955 por los colonos, que desató una brutal guerra contra sus militantes y el liderazgo, asesinando a figuras como Ruben Um Nyobe y Félix Roland Meunier, y manteniendo el control por medio de gobiernos títeres como el de Ahmadou Ahidjo, hasta mucho después de la independencia formal en 1960.

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El modelo centralista y autoritario diseñado entonces utilizó todos los instrumentos de represión y manipulación política a su alcance para impedir la representación real de las masas populares, mientras se mantenía la dependencia económica y militar de París. Paul Biya, de 92 años y con más de cuatro décadas en el poder, es la cara más visible de la prolongación contemporánea de ese sistema neocolonial que limita la participación política genuina y conserva a las élites colaboracionistas vinculadas al antiguo dominio francés.

Por ello, las elecciones mantienen un mecanismo que otorga amplias ventajas al régimen, a pesar de la creciente oposición que moviliza a un electorado cada vez más descontento con la corrupción, la pobreza estructural y la violencia. Tchiroma llamó a las fuerzas militares y administrativas a "apoyar la república y no un régimen".