Se vienen tiempos oscuros en los que el deber de los comunistas es permanecer en primera línea contra el auge reaccionario, proponiendo una política independiente que confronte a toda la clase capitalista y sus partidos leales ―porque nuestra política no puede consistir en aliarnos con los capitalistas que parezcan menos malos― e impulsando organizaciones amplias y unitarias de autodefensa para hacer frente a la violencia callejera.