8M: Nos han contado mal la historia

El 8 de marzo las mujeres socialistas tenemos un legado histórico que reivindicar, no como la mera conmemoración folklórica de un pasado disecado y dogmatizado, sino como testigo del proceso, inconcluso pero vehemente, que nos recuerda aquel axioma por el que nos reconocemos en esta lucha: No hay emancipación de la mujer trabajadora sin revolución socialista, pero, tampoco hay revolución socialista sin la emancipación de la mujer trabajadora.

Armados hasta los dientes

Von der Leyen acaba de anunciar el plan “Rearmar Europa” que pretende movilizar hasta 800.000 millones de euros en Defensa. Habla de “graves amenazas” y emplaza a la Unión Europea a asumir “mayor responsabilidad en su propia seguridad”. La fórmula es de sobra conocida: aumentar el gasto público en Defensa para producir beneficios que repercutirán en los bolsillos de enormes empresas armamentísticas.

El socialismo como referente de la lucha antifascista

Las manifestaciones convocadas el sábado por Gazte Koordinadora Sozialista (GKS), la organización juvenil comunista del Movimiento Socialista en Euskal Herria, fueron todo un éxito. El mensaje lanzado por GKS ha tenido una gran acogida entre la juventud vasca.

Yo me bajo del ómnibus

El Congreso de los Diputados rechazó ayer el decreto ómnibus presentado por el PSOE con los votos en contra del PP, VOX y Junts. Dentro de este decreto se incluían medidas como la renovación de las pensiones, la prórroga de las ayudas del transporte, medidas en apoyo a los afectados por la DANA o la prórroga de la moratoria de los desahucios y el bono social para el pago del agua y la energía en el caso de personas vulnerables; medidas que ahora quedan derogadas. Junto a ellas, sin embargo, se incluían muchas otras, un totum revolutum bautizado como “ómnibus” que parece instaurarse como práctica habitual del Gobierno.

Mutatis mutandis

La legitimidad de los estados y su hegemonía social pasan de estar apoyados fundamentalmente en el consenso y la integración económica de ciertas capas de la clase trabajadora –algo ahora cada vez menos viable económicamente y políticamente innecesario– a sustentarse sobre la fuerza y la coerción. Mutatis mutandis, saltan las caretas y queda lo que siempre ha sido: un sistema económico basado en la explotación y la dominación sobre las vidas y los territorios.

Todo para el pueblo, pero sin el pueblo

“Hacemos política al servicio de las clases populares” repite incesantemente EHBildu en sucesivas declaraciones. Pero, al poner esta declaración de principios en relación a su actividad parlamentaria de los últimos años, podría parecer que este partido se ha decantado por una suerte de despotismo de las clases medias, aderezado con un discurso nacional-popular.