Rusia ha acordado suministrar 80 mil toneladas de diésel y equipos a Cuba, valorados en 62 millones de dólares. Según ha informado este viernes la embajada rusa en La Habana, el objetivo del envío es “hacer frente a la crisis energética que atraviesa el país”, con diversos apagones que se han producido durante las últimas semanas.
La decisión fue tomada bajo la instrucción del presidente de la Federación Rusa Vladimir Putin, a través de la intervención del vicepresidente Dmitri Chernyshenko en la Comisión Intergubernamental para la Colaboración Económico-Comercial y Científico-Técnica que comenzó este viernes en la Habana, una visita diplomática oficial del Kremlin.
Además del apoyo en combustible, los diplomáticos rusos han anunciado que enviarán kits de reparación para los equipos energéticos dañados por el huracán Rafael, que ha sacudido la parte occidental y central de la isla con una potencia de categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, dañando infraestructuras y dejando algunas zonas aisladas. Aún así, las medidas preventivas que se han tomado han hecho que Cuba no tenga que lamentar ninguna muerte ni ninguna desaparición.
Cuba en los BRICS
Cuba es uno de los 13 países que recientemente se unieron a los BRICS como miembros asociados. Durante la XVI Cumbre del organismo, celebrada a finales de octubre en Kazán, Rusia, se oficializó su inclusión, junto a otros países como Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam. Esta ampliación marca un hito en la historia de la alianza, así como futuros acuerdos similares al que acaban de cerrar Rusia y Cuba.
Crisis energética
El país caribeño padece una crisis crónica de suministro eléctrico que se ha agravado en las últimas semanas. Esto se debe a la obsolescencia de la infraestructura eléctrica de la isla, que no puede renovar su sistema eléctrico debido al bloqueo comercial que le sigue imponiendo EEUU desde hace más de 60 años. Recientemente, se ha vuelto a votar una resolución sobre este embargo en las Naciones Unidas, y todos los países del mundo, a excepción de EEUU y el Estado de Israel, votaron en contra de mantener esta política.