Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, ha anunciado su intención de incrementar las sanciones contra Irán y restringir aún más sus ventas de petróleo, bajo el pretexto de “frenar el apoyo del país a grupos armados en el Medio Oriente y limitar su programa nuclear”. Según han aclarado asesores cercanos a Trump en The Wall Street Journal, la estrategia se centrará en “aislar a Teherán tanto diplomáticamente como económicamente”, replicando el enfoque de “máxima presión” que utilizó durante su primer mandato. La medida incluirá sanciones a puertos extranjeros y comerciantes que operan con crudo procedente del del Golfo Pérsico.
En su primer mandato, Trump abandonó el acuerdo nuclear con Irán (JCPOA) y redobló las sanciones económicas a la República Islámica, lo que afectó gravemente las exportaciones de petróleo de Irán. Tras la llegada de la actual administración de Joe Biden a la Casa Blanca, esta exportaciones aumentaron, lo que generó críticas en Washington por la falta de cumplimiento completo del embargo. Por tanto, Trump se centrará en reforzar estas sanciones en su segundo mandato, aunque no estará exento de riesgos económicos, como un rápido aumento en el precio del Barril de Brent.
Igualmente, el plan de la administración que viene prevé acciones contra los actores estratégicos que comercian con crudo iraní, como los puertos chinos. Además, Trump podría implementar sanciones a funcionarios iraquíes vinculados al Eje de la Resistencia. Aunque algunos asesores del presidente electo han sugerido la posibilidad de un acuerdo diplomático con Irán, Trump ha expresado que su objetivo es aislar y debilitar económicamente a la República Islámica.