La detención de Terry Holohan, director ejecutivo de la empresa australiana Resolute Mining, junto con dos empleados de la compañía, preocupa a los magnates de la industria minera en Mali. Este país, rico en recursos minerales, ha visto un aumento de las tensiones entre las autoridades locales y las empresas mineras extranjeras que explotan los recursos naturales del país.
El gobierno militar que asumió el poder en 2021 pide que estas empresas paguen más impuestos. En los últimos dos meses, han sido detenidos al menos siete directivos de compañías mineras occidentales, acostumbradas a extraer minerales a cambio de normas fiscales laxas; toda una escalada de la situación, según declaran algunos expertos en Financial Times.
En respuesta a las presiones económicas del sector minero, el gobierno de Mali revisó el código minero el año pasado, implementando reformas que aumentan las cargas fiscales y exigen la renegociación de contratos bajo nuevas normativas que favorecen la economía local. Estas medidas han generado disputas, especialmente con grandes compañías como Resolute Mining, que opera la mina Syama, una de las más importantes del país. La empresa multinacional debe más de 100 millones de dólares en impuestos atrasados.
Este contexto también refleja una tendencia más amplia en África Occidental, donde otros países con gobiernos militares, como Burkina Faso y Níger, están adoptando políticas más estrictas con las empresas mineras, con el objetivo de incrementar los ingresos del estado y establecer nuevas condiciones para la actividad económica de empresas extranjeras.