Los cortes de dos cables submarinos de telecomunicaciones en el mar Báltico han encendido las alarmas en Europa, despertando sospechas de sabotaje. El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, expresó que el daño al cable C-Lion 1, que conecta Alemania y Finlandia, “probablemente no fue accidental”. Este incidente, ocurrido en aguas suecas y descubierto el lunes, se suma a la avería de otro cable entre Lituania y Suecia, ambos esenciales para las comunicaciones de la región. Mientras Alemania señala un posible sabotaje, las investigaciones están en curso para determinar la causa de los daños.
En una declaración conjunta, las ministras de Exteriores de Alemania y Finlandia, Annalena Baerbock y Elina Valtonen, destacaron que “estos incidentes reflejan la volatilidad actual y la amenaza a las infraestructuras críticas europeas”. Señalaron que “proteger estas redes es crucial para garantizar la seguridad y resiliencia frente a posibles actores malintencionados”. Aunque no hay pruebas concluyentes, los daños al C-Lion 1, según la operadora finlandesa Cinia, “podrían haber sido causados deliberadamente por un ancla o red de arrastre”.
La OTAN y las autoridades locales de los países afectados investigan los hechos en busca de responsables. Estos sucesos recuerdan episodios previos, como el ataque al gasoducto Balticconnector en 2023 o el mismo ataque contra el Nordstream, que también generaron sospechas de interferencias externas. Las reparaciones de los cables dañados podrían llevar más de una semana, mientras las tensiones en la región del Báltico refuerzan las preocupaciones entre las autoridades sobre la vulnerabilidad de las infraestructuras estratégicas europeas en un contexto de creciente inestabilidad geopolítica.