China y la Unión Europea (UE) podrían están cerca de alcanzar un acuerdo para resolver las tensiones comerciales en torno a los aranceles sobre vehículos eléctricos chinos importados a Europa. Como ha informado el diario chino Global Times, este lunes se han reunido en Pekín el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi y el ministro de Asuntos Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn. En esta reunión de perfil bajo, Wang ha recordado que “2025 marca el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y la Unión Europea”, y ha hecho especial hincapié en que “China y Europa son socios, no rivales, y que ambas partes deben respetarse y apreciarse mutuamente, pensar desde la perspectiva del otro y buscar la cooperación”.
Según declaró el presidente del comité de comercio del Parlamento Europeo Bernd Lange a Reuters la semana pasada, “China podría estar dispuesta a vender sus automóviles eléctricos en la UE a un precio mínimo”, reduciendo así lo que en Bruselas denominan “distorsión de la competencia”, es decir, a perder en la competencia de libre mercado. Debido a la debilidad de la UE ante los fabricantes chinos, Bruselas impuso a finales de octubre aranceles de hasta el 45,3% a los vehículos eléctricos fabricados por el gigante asiático, argumentando que “sus subsidios constituían prácticas desleales”.
Aunque la medida ha generado divisiones en Europa y represalias por parte de China, las negociaciones continúan mientras empresas de la industria automovilística alemana caen de una en una, lo que ha despertado inquietud entre las élites económicas y políticas, así como entre miles de trabajadores. Estos sectores, muy dependientes del mercado chino, esperan a que se evite una escalada en la disputa comercial.
China, por su parte, ha criticado las medidas europeas como “proteccionistas” y “arbitrarias”. Un posible acuerdo podría aliviar tensiones en un momento clave para la industria automotriz, que enfrenta desafíos tanto por la transición hacia vehículos eléctricos como por las crecientes presiones del mercado global. El acuerdo dependerá de que pongan un precio que ambas partes puedan asumir.