El gobierno de Pakistán niega las muertes en las protestas de Islamabad, mientras las familias reportan víctimas

El partido PTI afirma que al 12 de sus seguidores murieron durante las cargas policiales.

Disturbios en Islamabad.
Foto: Amnistía Internacional

El 26 de noviembre de 2024, Islamabad fue escenario de intensos enfrentamientos entre los manifestantes del Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), liderado por el expresidente Imran Khan, y las fuerzas de seguridad. Los manifestantes se congregaron para exigir la liberación de Khan y la anulación de los resultados de las elecciones de febrero. Según indica el PTI a Al Jazeera, al menos 12 de sus seguidores perdieron la vida durante las protestas, aunque las autoridades pakistaníes han negado las muertes.

Uno de los muertos, Anees Shehzad, de 20 años, recibió disparos durante los enfrentamientos y fue declarado muerto en el hospital. El certificado de defunción indica que la causa de su muerte fue una herida de bala en la pelvis. La familia de Shehzad asegura que joven estaba participando en la protesta en apoyo a Khan, aunque las autoridades no han confirmado ninguna víctima mortal entre los manifestantes. El Ministro de Información, Attaullah Tarar, descartó las versiones del PTI y afirmó que “no hubo muertes durante los enfrentamientos”, citando a dos hospitales públicos que “no recibieron cuerpos”.

Además de Shehzad, otros dos miembros del PTI, Mobeen Aurangzeb y Malik Sadar Ali, también perdieron la vida en los enfrentamientos. La familia de Aurangzeb relató que fue disparado mientras participaba en la protesta y que las autoridades se retrasaron en la entrega de su cuerpo. Igualmente, la familia de Sadar Ali, quien recibió un disparo en la cabeza, indicó que “fue presionada para firmar un documento que exoneraba a las fuerzas de seguridad de responsabilidad”.

El PTI ha publicado los nombres de las 12 víctimas que, según el partido, murieron entre el 24 y el 26 de noviembre. La mayoría de ellos, según el partido, fueron alcanzados por disparos. Por su parte, las autoridades siguen insistiendo en que “no hubo muertes entre los manifestantes”.

El conflicto político en Pakistán involucra una lucha de poder entre el PTI de Imran Khan y las facciones tradicionales como el PPP y el PML-N, que representan a diferentes élites económicas y políticas. El PTI ha sido respaldado por sectores urbanos y la clase media, mientras que los partidos tradicionales están más vinculados a terratenientes y grandes corporaciones. La situación se complica por la influencia persistente de las fuerzas armadas en la política, que tienen intereses en sectores clave como la defensa y la infraestructura. En medio de una crisis económica, marcada por alta inflación y deuda externa, el conflicto refleja una batalla por el control del sistema político, judicial y electoral, con la población más vulnerable como principal afectada.