Desde la victoria electoral de Donald Trump el pasado 5 de noviembre, los inversores han vertido casi 140.000 millones de dólares en fondos de acciones estadounidenses, según recoge Financial Times de datos proporcionados por EPFR. Este incremento financiero ha convertido a noviembre en el mes de mayores entradas de fondos en los últimos 24 años. Los analistas del sector explican a Financial Times que los inversores esperan que las políticas del presidente electo, como recortes fiscales y reformas estructurales, favorezcan a las grandes corporaciones, lo que ha generado un fervor optimista en Wall Street. El S&P 500, principal índice estadounidense, ha subido un 5,3% desde el día de las elecciones, alcanzando un aumento anual del 28%, mientras que las pequeñas empresas, más sensibles a las fluctuaciones económicas internas, también han tenido un desempeño destacado.
El optimismo en torno al crecimiento económico impulsado por Trump ha sido reflejado en los flujos de capital, con inversores favoreciendo a EEUU sobre otras regiones, como Europa y los mercados emergentes, que han sufrido retiradas de fondos. Analistas como Dec Mullarkey, director de SLC Management, destacan que “las nominaciones de Trump a altos cargos en su gobierno, compuestos principalmente por figuras del sector financiero, han sido vistas como amigables con el mercado”. Sin embargo, la dependencia de políticas de desregulación y recortes fiscales ha suscitado dudas sobre las implicaciones a largo plazo para la economía global. Además, el repunte de los índices estadounidenses ha coincidido con salidas de activos hacia mercados percibidos como más vulnerables a una guerra comercial, con fondos centrados en mercados emergentes y Europa perdiendo miles de millones.
A pesar de la euforia post-electoral, los analistas son cautos respecto a la sostenibilidad de estos flujos en el largo plazo. Parag Thatte, estratega de Deutsche Bank, apunta que la rapidez de los flujos podría disminuir a medida que la euforia se atenúe, aunque se espera que las proyecciones de crecimiento económico y ganancias corporativas continúen atrayendo inversiones hacia los fondos estadounidenses en 2025. Mientras tanto, firmas como BlackRock y Bank of America mantienen su optimismo y prevén más ganancias para los mercados de EEUU el próximo año, basándose en “sólidos fundamentos económicos y una alta disposición al riesgo de los inversores”.