El Ejército de Taiwán ha activado la alerta máxima después de que China haya desplegado cerca de 90 buques, entre navales y de la Guardia Costera, en aguas próximas al estrecho de Taiwán, así como en zonas del Pacífico cercanas al archipiélago. El Ministerio de Defensa taiwanés ha señalado en un comunicado emitido este lunes que las acciones de la Armada del Ejército Popular de Liberación representan “una amenaza directa”, y ha iniciado ejercicios de “preparación de combate” en puntos estratégicos de la isla. La situación, según medios locales y agencias internacionales como Reuters, supone una escalada en la creciente tensión militar entre China y Taiwán, especialmente tras la reciente gira del presidente taiwanés, Lai Ching-te, que incluyó escalas en territorio estadounidense, lo que desató la indignación de Pekín.
El despliegue militar chino coincide con la reserva de siete áreas temporales de su espacio aéreo hasta el próximo miércoles, ubicadas principalmente frente a las costas de Fujian y Zhejiang, provincias situadas al este del país. Aunque China no ha anunciado oficialmente maniobras militares ni pruebas armamentísticas en la zona, analistas citados por Reuters indican que “estos movimientos son similares a ejercicios anteriores”, como los de agosto de 2022, cuando Pekín lanzó misiles al mar en represalia por la visita de Nancy Pelosi a Taipei. Según fuentes de seguridad taiwanesas, este despliegue sería “más amplio” que otros realizados este mismo año, lo que sugiere que Pekín busca demostrar su capacidad de controlar las aguas estratégicas desde Japón hasta el mar del sur de China, lo que incluye el territorio taiwanés.
Las autoridades de Taiwán acusan a China de llevar a cabo tácticas de “hostigamiento de zona gris”, que consisten en el uso constante de operaciones militares no declaradas para desgastar a las fuerzas de defensa taiwanesas. El Gobierno chino, por su parte, ha calificado al presidente Lai de “separatista” y ha reafirmado sus reivindicaciones de soberanía sobre la isla. Mientras tanto, Estados Unidos, que mantiene su apoyo estratégico a Taiwán, ha advertido de los riesgos que suponen las acciones de Pekín para la estabilidad del Indo-Pacífico. El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, subrayó desde Japón que China representa “una amenaza para el orden internacional”.