El ocio en el Estado español ha cambiado drásticamente en la última década: las redes sociales, el streaming y los videojuegos han desplazado a la televisión como actividad predominante. Una encuesta realizada por 40dB. para El País y la SER a 2.000 personas del Estado español confirma la digitalización del tiempo libre. En 2024, el 68% de la población consulta redes sociales a diario, superando el consumo de televisión (83% semanal, pero solo un 54% diario), un fenómeno especialmente pronunciado entre jóvenes.
La televisión lineal, que durante décadas fue el pasatiempo dominante, se ha convertido en un entretenimiento casi exclusivo de las personas mayores. El 80% de los mayores de 60 años la ve a diario, frente a apenas el 21% de los jóvenes de entre 18 y 27 años. Esta caída generacional refleja la irrupción de las plataformas de streaming, que han logrado romper barreras de edad: el 30% de los hombres y el 40% de las mujeres de todas las generaciones consumen series y películas casi a diario.
El videojuego, por su parte, ha protagonizado un ascenso silencioso y generalizado: el 40% de la población del Estado español juega con el móvil al menos tres veces por semana. Aunque la percepción tradicional sitúa esta actividad entre los jóvenes, los datos rompen estereotipos. Especialmente destacable es que una de cada tres mujeres mayores de 70 años juega con su móvil, el doble que los hombres de su edad. Además, mientras las consolas y los juegos de PC siguen siendo predominantemente masculinos, estos dispositivos han “envejecido” junto a los hombres millennials (38%) y de la generación X (21%) que aún los utilizan.
La televisión se mantiene más arraigada entre las clases más bajas.
La lectura, sin embargo, mantiene su posición. Un 39% de los habitantes declara leer al menos tres veces por semana, un hábito más frecuente en mujeres y personas mayores, pero con una presencia notable entre los más jóvenes. A diferencia de los videojuegos o el streaming, este tipo de ocio muestra cierta resistencia frente a la digitalización. Por otro lado, la radio convencional, que alguna vez fue omnipresente, ha envejecido: apenas un 10% de los jóvenes de la generación Z la escuchan, aunque sigue siendo habitual entre los hombres de la generación X, con un 50% de oyentes diarios.
Los datos también revelan diferencias sutiles por clase socioeconómica. Las personas de clases medias-altas y altas dedican más tiempo al ocio digital: escuchan más música, consumen más series y consultan más redes sociales. En cambio, la televisión se mantiene más arraigada entre las clases más bajas (66% de consumo diario frente al 54% en clases altas). En conjunto, los resultados muestran un panorama de ocio diversificado donde la digitalización ha cambiado las reglas del juego, generalizando el acceso y dando a cada generación sus propias formas de pasar el tiempo libre.