El ataque perpetrado el pasado viernes en el mercado navideño de Magdeburgo (Sajonia-Anhalt, Alemania) que se cobró la vida de cinco personas y dejó más de 200 heridos, ha desencadenado una intensa polémica en Alemania. Taleb al Abdulmohsen, un ciudadano saudí de 50 años, embistió con un vehículo contra la multitud.
Para sorpresa de algunos, el asaltante no era de perfil islamista; al contrario, era conocido por sus críticas al islam y su afinidad con la ultraderecha, concretamente con Alternativa para Alemania (AfD). Según informes del taz y MDR, el hombre había sido objeto de advertencias policiales en septiembre de 2023 y octubre de 2024, aunque los motivos específicos no fueron revelados. La policía también admitió que un vehículo que debía bloquear una vía de acceso clave al mercado estaba mal ubicado, a 30 metros del punto designado.
El mismo lunes, mientras el Parlamento de Sajonia-Anhalt celebraba una sesión extraordinaria para esclarecer lo ocurrido, AfD organizaba una manifestación frente a la catedral de Magdeburgo. Más de 3.500 personas, algunas con un claro perfil neonazi, asistieron al acto liderado por Alice Weidel, candidata a la Cancillería por la extrema derecha. Weidel describió al atacante como un “islamista que odia a los alemanes”, omitiendo deliberadamente los vínculos del agresor con su propio partido. Durante la marcha, los asistentes corearon consignas como “¡Deportación!” y “¡Fuera quien no ame Alemania!”. Paralelamente, asociaciones de la sociedad civil convocaron una cadena humana en homenaje a las víctimas, reuniendo a más de 4.000 personas en el centro de la ciudad bajo el lema “No le des una oportunidad al odio”.
El atentado ha exacerbado las tensiones en una Alemania inmersa en una compleja campaña electoral. Asociaciones de migrantes y centros de prevención como Salam advierten sobre el incremento de agresiones racistas en Magdeburgo, mientras organizaciones como VBRG alertan del riesgo de nuevas escaladas de violencia por la instrumentalización del ataque por parte de AfD. El próximo 30 de diciembre, el Parlamento alemán celebrará una nueva sesión para analizar los errores de seguridad. Entretanto, el uso político de la tragedia por la ultraderecha sigue determinando el clima social y político del país.