Las juntas militares de Mali, Níger y Burkina Faso han adoptado medidas drásticas contra empresas mineras Occidentales para asegurar el control de recursos clave como el oro y el uranio. Estas acciones incluyen nacionalizaciones, detenciones y cambios legales, marcando un giro hacia una postura más intervencionista y alejada de la influencia occidental.
Según recuerda un artículo del Financial Times, Mali mantiene detenidos a ejecutivos de Barrick Gold y Resolute Mining y ha comenzado a incautar oro de las operaciones de estas empresas, mientras Níger ha retirado los derechos de explotación a la compañía francesa Orano. Mientras tanto, Burkina Faso enfrenta arbitrajes internacionales por revocar permisos mineros. Los líderes de estas naciones buscan renegociar términos con las mineras y reafirmar la soberanía sobre sus recursos, en un contexto de desconfianza hacia contratos previos que favorecían a las potencias extranjeras y sus empresas.
Estas acciones representan un desafío para las empresas mineras en un momento de creciente demanda de oro y uranio. Mientras compañías occidentales enfrentan restricciones y pérdidas, otras como la china Ganfeng Lithium aprovechan oportunidades en la región. Las juntas militares del Sahel buscan ingresos inmediatos, pero el endurecimiento de su postura augura tensiones persistentes y reconfiguración en la industria minera global.