La producción industrial en noviembre de 2024 mostró un débil aumento del 0,2% en la zona euro y del 0,1% en la Unión Europea (UE), según datos preliminares de Eurostat. Si bien los números son técnicamente “positivos”, el panorama general refleja un estancamiento evidente en la industria europea.
El aumento notable de Malta (+7,1%) está directamente relacionado con su limitada base industrial, lo que hace que cualquier incremento mínimo en sectores específicos tenga un impacto desproporcionado en las cifras. Por su parte, los países de Europa del Este, como Lituania (+4,3%), se benefician de las deslocalizaciones de producción desde otras partes de Europa, aunque esto responde más a estrategias corporativas que a un crecimiento orgánico del sector industrial local.
En contraste, potencias industriales como Alemania, se observa un aumento mensual del 1,3% pero una caída anual del 3,3%. El Estado español, con una disminución mensual del 1,5% y anual del 0,8%, muestra signos de desaceleración. Este comportamiento resalta las dificultades estructurales de las grandes economías para mantener el dinamismo industrial en un entorno marcado por la incertidumbre económica global.

Al analizar por categorías, los bienes de consumo duradero crecieron un 1,5% en la zona euro y un 1,1% en la UE, mientras que la energía también mostró incrementos relevantes (1,1% y 1,3%, respectivamente). Sin embargo, estas subidas no logran compensar las caídas interanuales, con descensos significativos en bienes de capital (-2,8% en la zona euro) e intermedios (-2,5%).
El comportamiento desigual entre países y sectores subraya un estancamiento en la industria europea. Las economías más fuertes enfrentan desafíos estructurales, mientras que los repuntes en países más pequeños o en economías emergentes del este de Europa no logran cambiar la tendencia general. Con una caída interanual del 1,9% en la zona euro y del 1,7% en la UE, queda claro que el crecimiento industrial sostenido sigue siendo un reto pendiente.