El Estado español necesitaría cuadruplicar su productividad para igualar el crecimiento del PIB per cápita de las últimas décadas

Un informe de la consultora McKinsey alerta que la tasa de natalidad en descenso acelerará la bajada del nivel de vida en las economías desarrolladas.

Puestos de Navidad en la Plaza Mayor de Madrid al anochecer.
Foto: cribea (iStock).

Históricamente, las bases demográficas con una amplia fuerza de trabajo joven han funcionado como contratendencia de la crisis. Actualmente, ese factor ha desaparecido en las principales economías capitalistas del mundo. Según un informe de McKinsey Global Institute difundido esta semana por Financial Times, Alemania, Japón, Estados Unidos y Reino Unido enfrentarán “un riesgo significativo de deterioro en los niveles de vida” en los próximos años, acelerado por la caída de las tasas de natalidad. Según el estudio, para igualar el crecimiento del PIB per cápita observado entre 1997 y 2023, la productividad en países como el Estado francés e Italia tendrían que triplicarse en los próximos 30 años, mientras que el del Estado español necesitaría cuadruplicarla. Actualmente, dos tercios de la población global viven en países con tasas de natalidad inferiores al nivel de reemplazo de 2.1 hijos por mujer, recuerda el artículo de Financial Times.

El director del McKinsey, Chris Bradley, destacó que las estructuras económicas actuales, diseñadas para poblaciones crecientes, “están perdiendo viabilidad”. Así, anticipa que “las generaciones jóvenes heredarán un crecimiento económico más bajo y una mayor carga de jubilados”, afirma Bradley. Entre las posibles soluciones, el informe señala “la necesidad de ampliar la participación laboral, extender la vida laboral activa e impulsar significativamente la productividad”. Sin embargo, Bradley advierte que “no existe una única estrategia que resuelva el desafío demográfico”.

La crisis demográfica está obligando a los gobiernos a enfrentar retos como los costos crecientes de la vivienda y el cuidado infantil, así como cambios sociales que han reducido la formación de parejas jóvenes. McKinsey calcula que el declive en la proporción de personas en edad de trabajar podría reducir el PIB per cápita en Europa occidental en un promedio de 10.000 por persona para 2050. Aunque tecnologías como la inteligencia artificial podrían funcionar como contratendencia al problema, la productividad en Europa lleva claramente estancada desde la pandemia, dificultando la recuperación económica.