Siria planea una reforma económica con privatizaciones masivas y la atracción de inversión extranjera

El nuevo gobierno busca “desmantelar el socialismo” de la era Assad.

El ministro de Exteriores del Gobierno de facto de Siria, Asaad Al-Shaibani.
Foto: @QUSAY_NOOR_ (X).

El gobierno de Siria ha anunciado su intención de “desmontar el sistema socialista instaurado durante la era de Bashar Al-Assad”, según declaraciones del ministro de Exteriores, Asaad Al-Shaibani, recogidas por Financial Times. El objetivo es privatizar puertos y fábricas estatales, impulsar el comercio internacional e invitar a la inversión extranjera. “La visión de Assad era la de un estado de seguridad. La nuestra es la del desarrollo económico”, afirmó Shaibani, destacando “la necesidad de crear un marco legal claro que atraiga tanto a inversionistas extranjeros”, así como a las fortunas sirias que han abandonado el país.

En cuanto a los desafíos económicos, Shaibani reveló que el gobierno recién formado está trabajando para “descubrir las consecuencias del modelo socialista impuesto por el régimen anterior”. Según indicó, se habrían encontrado deudas por 30.000 millones de dólares con Irán y Rusia, “reservas extranjeras inexistentes en el banco central” y “un sector público sobredimensionado”. Además, acusan al anteriormente gobernante Partido Baaz de haber afectado a las industrias clave como la agricultura y la manufactura por “políticas corruptas”. A pesar de reconocer que los problemas son vastos y “tomarán años en solucionarse”, destacó que “se están creando comités para estudiar la situación económica y llevar a cabo privatizaciones, incluidas fábricas de petróleo, algodón y muebles”.

Por otro lado, el ministro también expresó que su principal prioridad en este momento es “la recuperación económica del país”, con un supuesto intento de “garantizar suministros básicos como pan, agua, electricidad y combustible”, esenciales para una población empobrecida por años de guerra y sanciones. Shaibani volvió a insistir en “la necesidad de aliviar las sanciones impuestas durante la era de Assad”. Sin embargo, muchos países occidentales permanecen cautos, a la espera de que el nuevo gobierno, heredero directo de Al Qaeda, demuestre “avances concretos” en temas clave, como “los derechos de las mujeres y las minorías”.