Acusan a la policía búlgara de bloquear el rescate de tres adolescentes migrantes que murieron congelados

Organizaciones humanitarias denuncian la falta de acción y obstrucción de los esfuerzos de rescate, tras las muertes de tres adolescentes egipcios cerca de la frontera con Turquía en diciembre.

El cuerpo de Seifalla Elbeltagy fue encontrado el 29 de diciembre de 2024, después de que la temperatura en Burgas cayera por debajo del punto de congelación, con vientos helados que intensificaron el frío.
Fotografía: NNK & CRB.

A finales de diciembre de 2024, tres adolescentes migrantes egipcios, Ahmed Samra (17), Ahmed Elawdan (16) y Seifalla Elbeltagy (15), perdieron la vida en los bosques de Burgas, en el sureste de Bulgaria, por encontrarse a la intemperie bajo bajas temperaturas. Según un informe de las organizaciones humanitarias No Name Kitchen (NNK) y Collettivo Rotte Balcaniche (CRB), las víctimas hicieron múltiples llamadas de emergencia alertando de su situación, pero las autoridades búlgaras no solo ignoraron las solicitudes de ayuda, sino que también bloquearon los intentos de rescate. Las llamadas indicaron ubicaciones GPS precisas, pero la policía fronteriza, pese a contar con pruebas visuales de los adolescentes en la nieve, no intervino de manera efectiva, lo que resultó en la muerte de los jóvenes.

Las organizaciones NNK y CRB afirman que las patrullas búlgaras no solo desestimaron los avisos, sino que también interfirieron en los esfuerzos de rescate de los voluntarios. A pesar de que se encontró uno de los cuerpos de los adolescentes con huellas de animales y botas cercanas, lo que sugiere que la policía ya había estado en el lugar, las autoridades búlgaras no ofrecieron asistencia. “Es completamente indignante que tres menores murieran congelados en el bosque cuando se hicieron múltiples alertas al 112”, señalan los activistas en The Guardian. Además, describieron una serie de incidentes que involucraron acoso y hostigamiento a los equipos de rescate, incluida la confiscación de sus pasaportes y teléfonos por parte de la policía.

El Ministerio del Interior de Bulgaria negó las acusaciones, asegurando que sus fuerzas fronterizas respondieron “de manera oportuna” a las alertas y que las investigaciones sobre los incidentes siguen en curso. A pesar de la negativa oficial, diversas organizaciones de derechos humanos han señalado el aumento de abusos contra migrantes y defensores de los derechos humanos en la frontera búlgara, y han pedido una investigación independiente para esclarecer las circunstancias de la muerte de los jóvenes. La tragedia ha reavivado las críticas sobre la gestión de la migración y los derechos humanos en las fronteras de la UE, con un creciente número de denuncias de violencia y negligencia por parte de las autoridades fronterizas.