El Banco Central Europeo (BCE) aún dispone de margen para reducir las tasas de interés, según declaró este miércoles el miembro del consejo ejecutivo, Piero Cipollone. Sin embargo, advirtió que “la guerra comercial entre Estados Unidos y China podría tener un impacto negativo significativo en la eurozona”. Tras cinco recortes de tasas desde junio, los inversores esperan al menos tres más este año, en un intento de reanimar una economía que lucha por recuperarse de dos años de estancamiento.
A pesar de que la inflación subió ligeramente al 2,5 % el mes pasado, el BCE prevé que vuelva al objetivo del 2 % durante el verano. No obstante, las tensiones comerciales globales y el aumento de los precios de la energía están complicando las decisiones del banco central. “Hay margen para ajustar las tasas a la baja, pero la incertidumbre actual nos impide comprometernos con un calendario específico”, afirmó Cipollone.
El mayor riesgo, según Cipollone, proviene de una posible intensificación de la guerra comercial entre EEUU y China. La reciente imposición de aranceles del 10 % a las importaciones chinas por parte de Washington podría forzar a Pekín a desviar su excedente de producción hacia Europa, inundando el mercado con productos a precios muy reducidos, destruyendo la competitividad de las empresas europeas. Aunque esto podría frenar el crecimiento económico, Cipollone aún no anticipa una recesión, destacando “la solidez” del mercado laboral y “la recuperación del consumo” en la eurozona.