El Gobierno de España ha aprobado una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 1.184 euros mensuales, pero ha decidido que, por primera vez, quienes lo perciban paguen IRPF. En palabras de la ministra Hacienda María Jesús Montero, que cobra 112.081,68 euros al año, se trata de “pedagogía fiscal”: medio millón de trabajadores, principalmente jóvenes sin cargas familiares, verán retenciones de hasta 300 euros anuales. Aunque el 80% de los perceptores del SMI seguirá exento, un 20% de ellos verá una subida de impuestos. La medida ha generado críticas, especialmente desde el PP, que la calificó de “expolio”, y Sumar, que mantiene su apoyo incondicional al PSOE, ha prometido que “buscará enmiendas para revertirla”.
En contraste, el presidente Pedro Sánchez anunció una exención del 100% del IRPF para propietarios que alquilen sus viviendas a precios “asequibles”, según el Índice de Referencia de Precios. Esta medida, que en teoría busca aumentar la oferta de alquileres accesibles, beneficiará principalmente a pequeños rentistas de clase media que alquilen viviendas no consideradas de lujo. Mientras el SMI tributa por primera vez, las exenciones fiscales a propietarios y las críticas a la reforma fiscal reflejan un debate desigual, con más promesas por parte del ala izquierda del Gobierno y reproches de la oposición. Mientras tanto, los trabajadores más pobres sufrirán una subida de impuestos.