Según el Informe sobre la Deuda Externa 2024 del Banco Mundial, en 2023, el grupo denominado como “países en desarrollo” destinó la cifra récord de 1,33 billones de euros al servicio de su deuda externa, con los costos de los intereses alcanzando el nivel más alto de los últimos 20 años. Los pagos de intereses aumentaron casi un tercio, llegando a los 385.700 millones de euros, lo que ha reducido significativamente los presupuestos de estos países para áreas críticas como salud y la educación. El informe destaca que esta situación ha generado una creciente preocupación sobre la capacidad financiera de estos países.
Los países más pobres y vulnerables, aquellos que son candidatos para recibir financiación de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), han enfrentado la mayor presión financiera. En 2023, estos países destinaron una cifra récord de 91.390 millones de euros para cubrir el servicio de su deuda, con un incremento en los costos de los intereses que alcanzaron los 32.870 millones de euros, cuatro veces el valor que tenían hace una década. Estos pagos equivalen, en promedio, al 6% de sus ingresos por exportación, un nivel no visto desde 1999. En algunos países como Zambia o Líbano, esta proporción llega hasta el 38%. La creciente carga de la deuda ha provocado que estas economías se conviertan extremadamente dependientes hacia las instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial.