Ayer, 3 de marzo, se conmemoraba el aniversario de la masacre de Gasteiz (Araba). Han pasado 49 años desde que “la burguesía […] decidió acabar a toda costa con la lucha independiente del movimiento obrero de la ciudad”; casi medio siglo, exactamente, desde que la Policía Armada española asesinó a tiros a cinco trabajadores que luchaban por mejores condiciones laborales y por las libertades políticas. “Otros cinco muertos a nuestro lado: Pedro María Martínez Ocio, Francisco Aznar Clemente, Romualdo Barroso Chaparro, José Castillo García y Bienvenido Pereda Moral”, ha recordado el Kontseilu Sozialista de Gasteiz. Y ha recordado también a otros dos trabajadores que murieron a manos de las fuerzas policiales en las protestas que surgieron a raíz de los asesinatos en Gasteiz, en Tarragona (Catalunya) y Basauri (Bizkaia).
Como cada año, en este aniversario también ha comenzado la movilización para homenajear a los trabajadores asesinados en 1976 y exigir justicia, a las 18:30 horas, convocada por varios sindicatos y colectivos desde el barrio de Zaramaga. Antes de esta, como en los últimos años, ha habido más actividades relacionadas con el aniversario, como el acto político organizado por el Consejo Socialista en la Plaza Burullerías. Tras la intervención política, ha partido desde allí el bloque del Movimiento Socialista para acercarse al monolito de Zaramaga y unirse a la mencionada manifestación.
En la movilización principal, se han reunido miles de personas un año más, aunque los convocantes han cambiado el recorrido. Este año también ha sido notable la presencia policial, y ha habido momentos de tensión cerca del Palacio Europa. Durante la protesta, varias personas han lanzado algunas botellas y han cruzado contenedores a la carretera para evitar que la Ertzaintza atropellara a los manifestantes como el año pasado. En ese momento, la policía autonómica cargaron con furgonetas y de forma violenta. Los agentes de la Brigada Móvil cortaron la manifestación, desintegrando una parte y obligando a cientos de personas a huir corriendo. Como consecuencia, no todos llegaron al final del recorrido, en la Plaza de la Nueva Catedral.
Después de 49 años
Por la tarde, en el acto político celebrado en Burullerías, el Consejo Socialista denunció que, casi 50 años después, “la dictadura de los empresarios y los políticos es total”: “El auge del fascismo, la normalización de la guerra y las masacres televisadas, el ensañamiento contra la mujer trabajadora, el empobrecimiento de la clase obrera, entre otros”. En este contexto, el Consejo señala que “los partidos políticos de izquierda que se han presentado como nuestros salvadores llaman a la esperanza, a pequeños cambios progresivos, a trabajos de hormiga y al pragmatismo”.
Según el Consejo, sin embargo, “la impotencia de las políticas de estos partidos” ha sido lo que “ha fomentado la situación reaccionaria”, y “la subordinación de esos partidos políticos al programa de la oligarquía es total”. Por ello, destaca que los partidos parlamentarios no ofrecen “una alternativa real para el proletariado”, y subraya que “es más importante que nunca denunciar la farsa de las instituciones y luchar por la organización independiente de la clase obrera”.
Mirando la situación actual, el Consejo resalta que “la burguesía está tomando todas las medidas autoritarias que desea, sin ninguna oposición real”, y que “a medida que se extiende la cultura de la despolitización y desmovilización, cambia fácilmente los paradigmas generales según sus necesidades”. Sin embargo, el Consejo proclama que “el futuro será construir un partido obrero de masas e independiente”, recordando que “históricamente, cuando la clase obrera ha logrado mejoras económicas y políticas, ha sido como resultado de la amenaza de ese poder propio”.
Desafío: construir el poder obrero independiente
“Eso es lo que tenemos como desafío, construir el poder obrero”, ha resumido el Consejo Socialista de Gasteiz. En este sentido, reivindica que el 3 de marzo sea “un día de memoria revolucionaria” para la clase obrera de la ciudad, así como “un día para reivindicar la necesidad de la lucha obrera independiente”. En su opinión, esto es lo que constituye “el ejercicio de memoria más consecuente”: “Que la experiencia de las luchas de ayer sirva hoy para extender la organización obrera. Que la memoria del 3 de marzo sirva para seguir construyendo el poder obrero basado en la igualdad y la justicia social”.
En palabras de los miembros del Consejo, su trabajo es “convertir el comunismo en una vez más en hegemónico, establecer las condiciones para una revolución socialista internacional”. Y han añadido: “Todavía no somos nada, pero en potencia somos todo. Tenemos mucho trabajo por hacer. Sigamos trabajando”.



















