China y el Sudeste Asiático, los más afectados por los nuevos aranceles de EEUU

Pekín advierte de represalias y países del Sudeste Asiático buscan estrategias para mitigar el impacto económico.

Trabajadora del sector textil en Vietnam.
Foto: Vietnam.net

Las nuevas tarifas impuestas por la administración de Donald Trump han golpeado con especial dureza a China y el Sudeste Asiático. Los productos chinos enfrentarán un arancel del 34%, que se suma al 20% ya aplicado en febrero, lo que agrava la tensión comercial entre ambas potencias.

Además, EEUU ha eliminado la exención de derechos de aduana para pequeños paquetes procedentes de China, afectando a gigantes del comercio electrónico como Shein y Temu. En respuesta, el Ministerio de Comercio de China ha declarado que adoptará “contramedidas con determinación para salvaguardar sus propios derechos e intereses”, aunque sin detallar medidas concretas. Anteriormente, Pekín ha recurrido a restricciones en exportaciones de minerales estratégicos y aranceles a productos agrícolas estadounidenses.

Sin embargo, aunque China haya acaparado mayor atención, las tarifas arancelarias son mucho más fuertes en el Sudeste Asiático también ha sido duramente impactado: Vietnam y Camboya enfrentan aranceles del 46% y 49%, respectivamente, mientras que Tailandia e Indonesia han recibido incrementos del 36% y 32%.

La medida es especialmente dolorosa para Vietnam, ya que Estados Unidos representa su mayor mercado de exportación. En 2024, el país exportó casi 120.000 millones de dólares a los EEUU, lo que representa el 29,5% de su volumen total de exportaciones, recuerda EFE. Los productos vietnamitas más afectados incluyen textiles, muebles, productos electrónicos, calzado y mariscos, sectores que dependen en gran medida de las ventas al mercado estadounidense.

Aunque Ciudad Ho Chi Minh ha respondido rápidamente, ofreciendo compromisos para incrementar las importaciones desde Estados Unidos y reduciendo los aranceles sobre productos estadounidenses como madera, pollo y soja, las autoridades vietnamitas han expresado su descontento con la rapidez de la respuesta estadounidense, que deja poco margen para negociar.

El Dr. Le Quoc Phuong, experto económico de Vietnam, señala en Vietnamnet que si bien la estrategia de reducir los aranceles de importación de productos de EEUU puede ayudar a reducir la tensión comercial, esta medida podría resultar costosa a corto plazo.

Con la nueva imposición de tarifas en Vietnam, estas empresas chinas y estadounidenses deslocalizadas ahora se enfrentan a un nuevo desafío. Nike, por ejemplo, que produce el 50% de su calzado en Vietnam, ha experimentado una fuerte caída en sus acciones debido a esta nueva carga arancelaria. En marzo ya sufrió una caída del 13% en su precio de mercado después de que se anunciaran las nuevas tarifas.

Por tanto, este golpe muestra las dificultades que enfrentan las empresas multinacionales que dependen de las fábricas del Sudeste Asiático para mantener su competitividad en los mercados occidentales. De esta manera, los estados que forman parte de la cadena de suministro de Asia, como Camboya, Laos y Myanmar, también verán afectada su capacidad para exportar productos a EEUU.

Frente a este escenario, el Dr. Phuong anticipa los pasos del gobierno vietnamita: subraya que podrían intentar “renegociar los términos con los compradores estadounidenses para que ambos lados compartan la carga de los aranceles sin que afecte de manera drástica a los márgenes de ganancia”.

En resumen, aunque la situación representa un desafío considerable para Vietnam y otros países del Sudeste Asiático, las medidas tomadas hasta ahora muestran un intento claro de gestionar los efectos de los aranceles. Sin embargo, con un entorno económico global cada vez más incierto y una relación comercial con Estados Unidos que sigue siendo fundamental, los próximos pasos de Vietnam y la región serán decisivos para determinar la situación económica global a largo plazo.

Otros países mucho más pequeños y con una dependencia relativa mayor hacia EEUU, como Singapur, que tiene un tratado de libre comercio con EEUU, han expresado un malestar incluso mayor por el arancel del 10%. Las autoridades del país ya han solicitado una reunión con Washington para esclarecer los criterios de imposición. Tailandia, mientras tanto, busca alternativas en nuevos mercados.

Ante la subida de costos, algunas compañías estadounidenses evalúan trasladar sus operaciones a Filipinas, donde los aranceles son más bajos. Estas medidas refuerzan la tendencia de reconfiguración de las cadenas de suministro globales y reflejan la intensificación de la disputa económica y tecnológica entre EEUU y China, con repercusiones en el comercio mundial.