Estados Unidos ha impuesto aranceles del 20 % a casi todas las exportaciones de la Unión Europea, sumándose a los gravámenes del 25 % ya existentes sobre acero, aluminio y automóviles. A pesar del impacto económico de estas medidas, la Comisión Europea todavía no ha definido una respuesta clara.
Hasta ahora, ha anunciado represalias por un precio de 26 millones de euros en productos estadounidenses afectados por los aranceles al acero y aluminio, pero el volumen de bienes europeos gravados por EEUU supera los 350 millones de euros, según informó Financial Times.
Algunos Estados miembros han pedido ajustes en la lista de represalias de la UE. París, Roma y Dublín han solicitado retirar el bourbon whiskey de la lista de sanciones, argumentando que podría desencadenar un incremento de los aranceles estadounidenses a las exportaciones europeas de vino y otras bebidas alcohólicas.
Antonio Tajani, ministro de Asuntos Exteriores de Italia, afirmó que “poner un arancel al whiskey significa provocar una reacción sobre el alcohol que exportamos, lo que sería una forma de autolesión”. También ha pedido excluir motocicletas y productos de lujo.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró que el bloque “está preparado para responder en especie” a las medidas de EE.UU, pero subraya que la UE “está dispuesta a negociar la eliminación de barreras comerciales”.
No obstante, funcionarios europeos insisten en que “cualquier diálogo debe incluir la eliminación de restricciones no arancelarias impuestas por Washington”. La Comisión presentará el lunes su propuesta de represalias a los Estados miembros, con una votación prevista para la próxima semana y la posible entrada en vigor de las medidas en mayo.