La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) acordó el 24 de abril establecer el cargo de vicepresidente, en un intento de preparar la sucesión de su presidente Mahmoud Abbas, según informó Al Jazeera el pasado 25 de abril. Abbas, quien también lidera la Autoridad Palestina (AP), se comprometió en una cumbre de emergencia árabe en marzo a crear esta figura, aunque no se ha definido quién ocupará el puesto.
Analistas consultados por Al Jazeera advirtieron que la maniobra pretende “evitar luchas internas que Israel podría aprovechar para anexar completamente Cisjordania y reforzar la ocupación de Gaza”. Dianna Buttu, ex asesora legal de la OLP, declaró que “el vacío de poder será llenado por actores externos, principalmente estadounidenses e israelíes”.
Abbas, de 89 años, gobierna la AP y la OLP sin celebrar elecciones desde que disolvió el Parlamento en 2007. Según Khaled Elgindy, investigador en la Universidad de Georgetown, “Abbas ha retrasado cualquier sucesión por temor a crear un rival”.
La AP, nacida de los Acuerdos de Oslo de 1993 y 1995, ha perdido legitimidad conforme la ocupación israelí se ha vuelto más agresiva y las colonias ilegales se han expandido de 200.000 a más de 750.000 colonos, según datos recogidos por Al Jazeera. Mientras tanto, el régimen de apartheid coordinado entre la AP y el Estado de Israel y los constantes abusos contra palestinos han deteriorado aún más su imagen entre la población.
El nombre de Hussein al-Sheikh, cercano a Abbas y responsable de la “coordinación civil” con la entidad colonizadora, es el que más suena para ocupar el nuevo cargo, aunque expertos como Omar Rahman señalaron que “nadie lo quiere” debido a su colaboración abierta con las autoridades sionistas.
La presión para resolver la sucesión ha aumentado en los últimos meses, con Egipto a la cabeza, intentando impedir un vacío de poder que podría beneficiar al Estado de Israel, indicó Tahani Mustafa, del International Crisis Group.
Durante una cumbre de la Liga Árabe en marzo, El Cairo presentó un plan de reconstrucción para Gaza, rechazando la propuesta estadounidense de desplazar a su población. Sin embargo, tanto la Resistencia Palestina como el Estado de Israel se oponen a que la AP administre Gaza.
En este contexto, Abbas ha culpado a Hamas de la continuidad de los ataques israelíes, mientras la comunidad palestina y varios estados árabes lo responsabilizan por no lograr la reconciliación interna. Según Buttu, en declaraciones a Al Jazeera, crear un vicepresidente “es poner una tirita en una herida que necesita cirugía”, y solo unas elecciones podrían restaurar la legitimidad perdida, o, con mayor probabilidad, sellar su derrota política ante la resistencia.