El presidente ruso, Vladimir Putin, ha declarado un alto el fuego unilateral de 72 horas que comenzará el 8 de mayo, con motivo de las celebraciones del 80.º aniversario del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi. La tregua, que se extenderá hasta el 10 de mayo, será implementada para conmemorar la derrota de la Alemania nazi en 1945. Según el Kremlin, la decisión se basa en “motivos humanitarios”, aunque los detalles exactos sobre las condiciones y la supervisión del cese de hostilidades aún no se han especificado.
El gobierno ucraniano, por su parte, ha rechazado la propuesta, calificando la duración de la tregua como “insuficiente”. El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, insistió en que Kiev está dispuesto a aceptar un alto el fuego “duradero, confiable y completo” de al menos 30 días.
“Si Rusia realmente quiere la paz, debe cesar el fuego de inmediato”, declaró el funcionario ucraniano, subrayando que la propuesta de Moscú no aborda las necesidades de un acuerdo genuino. A pesar de la negativa de Ucrania, el Kremlin ha expresado que espera que Ucrania también cumpla con la tregua, advirtiendo que cualquier violación será respondida de forma “adecuada y eficiente”.
Mientras tanto, las tensiones continúan en el campo de batalla. Este lunes 28 de abril, un ataque ruso ha afectado a la infraestructura energética de Cherkasy, en Ucrania, y el Ministerio de Defensa de Rusia afirmó haber derribado más de un centenar de drones ucranianos.
A pesar de estos incidentes, Rusia reafirmó su disposición para negociaciones de paz “sin condiciones previas”, con el objetivo de “eliminar las causas profundas de la crisis ucraniana”. Sin embargo, las dificultades para lograr un alto el fuego duradero y las mutuas acusaciones entorpecen las conversaciones de paz, según informes de AP y RT.
Washington ha expresado su deseo de que la tregua anunciada por Rusia se convierta en “un alto el fuego permanente”. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, comentó que aunque el presidente Donald Trump “permanece optimista sobre la posibilidad de un acuerdo”, también es “realista” respecto a los desafíos de alcanzar una resolución. Leavitt añadió que “ambos líderes deben sentarse a la mesa” y encontrar una forma de concluir el conflicto a través de negociaciones, subrayando “la importancia de avanzar hacia una paz duradera”.