Bruselas aplaza la decisión sobre la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego por falta de unanimidad

El Consejo de Asuntos Generales pospone la votación tras las dudas legales, financieras y políticas de varios Estados miembros.

Parlamento Europeo, imagen de archivo.
Foto: Marius/Unsplash

La Unión Europea ha decidido este martes aplazar la votación sobre la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en las instituciones europeas, ante la falta de consenso entre los Veintisiete. La iniciativa, impulsada por el Gobierno español, requería unanimidad para ser aprobada, pero varios países han expresado reticencias por cuestiones legales, financieras y políticas.

Durante la reunión del Consejo de Asuntos Generales de la UE, celebrada en Bruselas, Finlandia, Suecia, Austria y Croacia, entre otros, han manifestado sus dudas sobre “la viabilidad jurídica y el coste de convertir estas lenguas en oficiales del bloque comunitario”.

El ministro finlandés Joakim Strand ha señalado que la cuestión “no está madura” y ha pedido tomarse “muy seriamente” las dudas legales planteadas por los servicios jurídicos del Consejo, especialmente en relación con el artículo 55 del Tratado de Lisboa, que regula las lenguas oficiales de la UE.

La ministra sueca de Asuntos de la UE, Jessica Rosencrantz, ha insistido en “la necesidad de una evaluación jurídica y financiera más profunda antes de tomar una decisión”.

En la misma línea, la ministra austríaca Claudia Plakolm y la secretaria de Estado croata Andreja Metelko-Zgombic han subrayado “la importancia de estudiar detenidamente las implicaciones legales y económicas de la propuesta”.

La decisión de aplazar la votación refleja la complejidad y la falta de consenso del proceso para modificar el régimen lingüístico de la UE, que requiere la aprobación unánime de todos los Estados miembros.

El Gobierno español, que ha defendido la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego como “un paso hacia el reconocimiento de la diversidad lingüística y cultural”, tendrá que seguir negociando para intentar superar las reticencias de sus socios europeos.