Paran dos desahucios seguidos en Zaragoza

Decenas de personas y el Sindicato de Inquilinas consiguen aplazar los desalojos de dos familias en el barrio del Gancho.

Samanta y Libertad celebran con sus familias la suspensión de sus desahucios.
Foto: AraInfo

La movilización y la organización social han vuelto a ser determinantes este lunes en Zaragoza (Aragón), donde la presión de decenas de vecinos y militantes ha logrado paralizar dos desahucios previstos en el céntrico barrio del Gancho. Según informa AraInfo, las familias afectadas, ambas en situación de vulnerabilidad, podrán permanecer en sus casas al menos hasta septiembre, tras la suspensión temporal dictada por los juzgados.

El primer caso es el de Samanta, una auxiliar de enfermería de 28 años, madre de dos niños pequeños, que había recibido la orden de desalojo para este 7 de julio. Pese a tener empleo, su salario no le permite asumir el alquiler y los gastos básicos, una situación reconocida por el Sindicato de Inquilinas, que denuncia que el juzgado ha rechazado en varias ocasiones reconocer su vulnerabilidad. La vivienda social en Zaragoza está saturada, con más de 12.000 personas en lista de espera, y a Samanta no se le había ofrecido ninguna alternativa habitacional.

La convocatoria de apoyo ha reunido a decenas de personas en la calle Mayoral, que han coreado consignas como “¡Samanta y sus hijos se quedan!”, “Fuera rentistas de nuestros barrios” y “¡Que viva la lucha de la clase obrera!”. Finalmente, el desahucio ha sido aplazado hasta el 24 de septiembre.

Pocos minutos después, la atención se ha trasladado a la cercana calle San Pablo, donde otra familia, la de Manuel y su mujer, padres de cuatro hijos, también se enfrentaba a un desalojo inminente. La situación fue especialmente tensa, ya que la familia no había recibido notificación previa y se enteró de la orden cuando la comitiva judicial llegó a la vivienda. Tras la intervención de vecinos y activistas, y momentos de tensión con la policía, el desahucio fue igualmente aplazado hasta el 29 de septiembre.

Ambos casos han puesto de relieve, una vez más, la ausencia de soluciones habitacionales por parte de las instituciones, la ineficacia de la Ley de Vivienda para evitar que familias vulnerables se queden en la calle y la importancia de la solidaridad y la organización para hacerle frente a los desahucios.