Los bomberos forestales de Madrid inician huelga por precariedad y abandono institucional

Denuncian 16 años sin convenio y salarios que no permiten vivir en la región: “La dignidad no se negocia”.

Imagen de archivo de Bomberos Forestales de la Comunidad de Madrid.
Foto: @BBFFMadrid (X)

Los bomberos forestales de la Comunidad de Madrid, gestionados por la empresa pública TRAGSA, han anunciado el inicio de una huelga indefinida desde el 15 de julio hasta el 15 de agosto ante la falta de avances en la negociación de sus condiciones laborales y el abandono institucional por parte del Gobierno regional.

El comité denuncia que lleva más de 16 años sin un convenio colectivo actualizado, lo que les ha dejado con salarios congelados, sin reconocimiento profesional y bajo un modelo de contratación que consideran “precario e insostenible”. “No se trata solo de exigir un nuevo convenio, sino de luchar por la dignidad profesional y personal de un colectivo clave para la seguridad ambiental de la región”, afirman en un comunicado remitido a DIARIO SOCIALISTA.

Los bomberos forestales aseguran que, a pesar del aumento de incendios y de la peligrosidad de su trabajo, sus sueldos no les permiten cubrir los costes básicos de vida en la Comunidad de Madrid, lo que ha obligado a muchos a abandonar el servicio. “Es imposible vivir con salarios indignos”, denuncian, y acusan a la administración de mantener una “estrategia deliberada de abandono institucional”.

Según el comunicado, la Comunidad de Madrid no ha respondido a las reiteradas peticiones de reunión y diálogo. “Parece que al Gobierno regional le importa más maquillar cifras y hacer propaganda que atender a quienes arriesgan su vida en cada incendio”, lamentan.

El colectivo recuerda que la externalización del servicio en 1996 dejó a los trabajadores en manos de un modelo de gestión fallido, y advierten que la huelga es consecuencia directa del “desprecio institucional y la miseria laboral” a la que se ven sometidos.

Por ello, hacen un llamamiento a respaldar sus reivindicaciones y recuerdan que la seguridad de los montes y pueblos de Madrid “no puede estar en manos de profesionales explotados”. “La dignidad no se negocia”, concluyen.