Una banda de turistas británicos desfiló recientemente por el centro de Benidorm (Alacant, País Valencià) con motivos nacionalistas del Reino Unido, en un acto que ilustra la creciente apropiación del espacio público por parte de turistas extranjeros del norte de Europa en el principal destino turístico del litoral valenciano.
Este desfile, difundido orgullosamente en perfiles nacionalistas y de extrema derecha británicos en redes sociales, se vincula con la celebración del 12 de julio, fecha señalada para las comunidades unionistas protestantes y la Orden de Orange del Reino Unido e Irlanda del Norte. El “Duodécimo” conmemora la victoria de Guillermo III de Orange sobre Jacobo II en la batalla del Boyne (1690), un episodio clave en la historia política y religiosa de la ocupación de Irlanda, y habitualmente se marca con marchas, bandas de tambores y el uso extensivo de símbolos británicos y orangistas. Este tipo de eventos se celebran cada verano en la ciudad cada verano.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Turisme Comunitat Valenciana, el turismo británico concentra más del 40% de las pernoctaciones extranjeras en Benidorm, lo que le otorga una presencia social y económica determinante. Algunos observadores locales critican que estas manifestaciones públicas —desfiles, festivales y concentraciones con motivos británicos— transforman completamente la imagen y dinámica cotidiana de la ciudad”, y señalan permisividad institucional ante la ocupación de calles emblemáticas por marchas nacionalistas foráneas. Las ediciones anteriores de marchas “orangistas” han suscitado debate municipal y opiniones encontradas en la sociedad local, que percibe la multiplicación de emblemas nacionalistas extranjeros como un síntoma de desplazamiento cultural.
La reiteración de estos eventos —no solo admitidos, sino normalizados por la administración local— evidencia las consecuencias de la política permisiva aplicada al turismo en el municipio. Estudios académicos alertan de que el predominio de actividades y celebraciones nacionalistas británicas representan un síntoma de desplazando hábitos, actividades y referentes autóctonos. Mientras tanto, el Ayuntamiento ha solido sostener en diversas ocasiones que estos actos “demuestran la capacidad de acogida y tolerancia de Benidorm”.
Escandalización selectiva
Toda esta normalización nacionalista británica contrasta con la creciente reacción de hostilidad institucional y social hacia las comunidades magrebíes del Estado español, lo que genera cuestionamientos sobre la tolerancia selectiva del nacionalismo español con actos identitarios de turistas británicos, incluso cuando estos adoptan formas abiertamente militaristas o excluyentes.
Una muestra significativa de esta tolerancia y normalización es el escasísimo eco mediático que reciben estos desfiles nacionalistas británicos, incluso cuando se celebran en espacios públicos y con fuertes connotaciones militares. Fuera del ámbito local, el fenómeno apenas aparece en la agenda informativa estatal, no parece escandalizar a nadie y suele ser completamente desconocido para el público del resto del Estado español. Este bajo perfil en los medios y la ausencia de reacción social o institucional contrasta con la alarma y amplia cobertura que habitual y rápidamente generan otros actos identitarios o comunitarios no autóctonos, especialmente cuando implican a la población magrebí o musulmana. Todos estos hechos coinciden, además, con graves episodios de pogromos y linchamientos racistas contra personas percibidas como magrebíes en toda la geografía del Estado español.