216 detenidos en las protestas anticorrupción de Filipinas
Más de 50.000 personas participaron en la “Marcha del billón de pesos” para denunciar el saqueo de recursos públicos esenciales para inundaciones, con fuerte represión policial y disturbios.

La “Marcha del billón de pesos” convocada en ciudades filipinas el pasado domingo se convirtió en una de las protestas sociales más grandes de los últimos años en el país, con una estimación de hasta 50.000 asistentes según fuentes policiales y organizaciones sociales. El movimiento nació tras descubrirse serias irregularidades y malversaciones en fondos gubernamentales supuestamente destinados a financiar obras de control de inundaciones, cuyo daño ha afectado durante años a miles de familias con pérdidas de viviendas y cosechas de familias pobres, así como a la salud pública, según reportes de medios y declaraciones oficiales.
Durante las movilizaciones, que tuvieron lugar principalmente en Manila, pero también en otras ciudades del archipiélago como Baguio o Iloilo, se registraron múltiples enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas represivas. Al menos 216 personas fueron detenidas, incluidas varias menores. En los incidentes se emplearon cañones de agua y lanzamiento de objetos. El Ministerio del Interior filipino confirmó estas cifras en declaraciones al diario The Manila Times y precisó que se realizaron arrestos para "contener desórdenes y mantener el orden público" durante las protestas.
Vídeo: TASS
Las movilizaciones han contado con la participación activa incluso de la Iglesia católica y otras confesiones religiosas, que coincidieron con los movimientos sociales y políticos que exigen justicia social durante una celebración que coincidió con el aniversario de la proclamación de la ley marcial en 1972, en un contexto de denuncia histórica contra prácticas autoritarias y abusos institucionales. Líderes eclesiásticos calificaron la corrupción denunciada como “pecados contra los pobres, contra la nación y contra Dios” y pidieron que las autoridades investiguen a fondo y sancionen a implicados en la desviación de fondos públicos, estimados en un billón de pesos filipinos en la última década.
Las protestas evidencian un resistente descontento social ante una crisis de gobernanza en Filipinas, marcada por la impunidad de políticos profesionales y funcionarios. El presidente Ferdinand Marcos Jr., a pesar de "denunciar" la corrupción en discursos previos y prometer investigaciones, mantiene una dudosa posición tras emerger nuevos casos y la presión de la opinión pública. La continuidad de protestas y marchas se da en medio de un clima regional similar en el Sudeste Asiático, donde decenas de miles de personas demandan el fin de la corrupción sistemática que afecta sus condiciones de vida.
Vídeo: Comrawire