El 90% de la Franja de Gaza ha sido destruido
Más de 2,2 millones de personas enfrentan hambre extrema, bombardeos, desplazamientos masivos y destrucción sistemática de vidas y bienes.

El 90% de la Franja de Gaza ha quedado destruida casi por completo tras dos años de asedio, bombardeos, desplazamiento forzado e invasión terrestre por parte de las fuerzas de ocupación israelíes, según datos oficiales recopilados por el diario Al-Quds. Las pérdidas directas podrían superan los 68.000 millones de dólares y la destrucción abarca viviendas, hospitales, escuelas, redes eléctricas, carreteras y tierras agrícolas, todo. La entidad colonial tiene desplegadas sus tropas en más del 80% del territorio gazatí, cerrando accesos y atacando incluso las zonas calificadas oficialmente como “seguras”, como Al-Mawasi, que ha recibido hasta 109 incursiones con explosivos.
Las consecuencias humanitarias son devastadoras: la cifra confirmada de personas asesinadas es de 68.000 personas, entre ellas más de 18.000 niños, aunque miles y miles permanecen desaparecidos bajo los escombros o sus cuerpos han sido totalmente destrozados, lo que dificulta la distinción de cadáveres. El asedio ha causado 15.000 grandes ataques aéreos documentadas, entre las que más de 2.700 familias han sido completamente exterminadas. Por lo menos 376 personas han sido llevadas hasta la muerte por hambre inducida y 23 en lanzamientos aéreos de ayuda. El número de heridos supera los 162.000, con gravísimas amputaciones y discapacidades, mientras que el colapso sanitario se agrava por el bombardeo o destrucción de 38 hospitales y 96 centros de salud. A pesar de todos estos datos, las cifras que se desprenden de la devastación son aún preliminares, ya que muchísimas personas están desaparecidas y la situación impide el registro adecuado de los sucesos.
En el plano educativo, el 95% de las escuelas han resultado dañadas y el 90% requiere reconstrucción total o parcial. En los bombardeos han sido asesinados más de 13.500 estudiantes y 830 docentes. Lugares de culto, cementerios, instituciones patrimoniales y deportivas han sido arrasadas, con el saqueo añadido de cadáveres y la aparición de fosas comunes en hospitales. El hambre afecta hasta 650.000 niños, mientras que la ocupación bloquea la entrada de ayuda vital y alimentos, impidiendo también evacuaciones urgentes y el acceso a tratamientos como la leche infantil, agua dulce y medicinas básicas.
El sector agrícola y ganadero ha sufrido pérdidas directas superiores a 2.800 millones de dólares tras la destrucción del 94% de las tierras cultivables y del 85% de los invernaderos. La producción anual ha caído de 405.000 toneladas de verduras a apenas 28.000 y la totalidad de las ganaderías y el sector pesquero ha quedado arrasada.
Los más de 2,2 millones de habitantes de Gaza viven cercados bajo desplazamiento masivo y epidemias infecciosas, mientras la ocupación militar destruye cualquier posibilidad de dignidad, subsistencia y reconstrucción, ante el silencio cómplice de la llamada "comunidad internacional", que no contempla tomar acciones militares contra los genocidas ni como mera hipótesis.