Escaramuzas entre Pakistán y Afganistán dejan decenas de muertos
El peor enfrentamiento en años abre una crisis regional con al menos 23 soldados pakistaníes y 58 talibanes muertos, según cifras oficiales.

Las fuerzas pakistaníes y afganas se enfrentaron en al menos siete puntos de la frontera, con combates que oficialmente han dejado 23 soldados pakistaníes muertos y otras 58 bajas en el lado afgano, según declaraciones de ambos gobiernos. Cada parte reporta cifras mucho mayores de las bajas entre las filas rivales.
El intercambio de fuego comenzó la noche del pasado 11 de octubre, tras explosiones en Kabul y Paktika atribuidas por los talibanes afganos a bombardeos pakistaníes, y ha implicado la captura y destrucción temporal de hasta 25 puestos militares pakistaníes por parte de las fuerzas afganas, así como la ocupación de 19 posiciones afganas por Pakistán según medios oficiales. Las actividades militares incluyeron el uso de artillería pesada, tanques y drones, y han provocado el cierre de pasos fronterizos estratégicos como Torkham y Chaman.
La escalada sucede en un contexto de tensiones prolongadas. Desde el regreso al poder de los talibanes en Afganistán en 2021, Islamabad acusa a Kabul de dar cobijo a miembros del Tehrik-e Taliban Pakistan (TTP), responsables de numerosos ataques armados en suelo paquistaní. Kabul, por su parte, denuncia "violaciones de soberanía" y responde a los bombardeos con operaciones de represalia. "La situación en todas las fronteras oficiales y líneas de facto de Afganistán está bajo control total", afirmaba Zabihullah Mujahid, portavoz talibán, tras asegurar que "ha frenado actividades ilegales", y advierte que "cualquier nueva incursión será respondida".
Las reacciones políticas refuerzan el tono beligerante. El ministro del Interior de Pakistán, Mohsin Naqvi, tachó los ataques afganos de "injustificados" y reafirmó que "ninguna provocación será tolerada". El primer ministro Shehbaz Sharif insistió en que el ejército pakistaní "dio una respuesta contundente" al destruir decenas de posiciones afganas. Por parte afgana, Enayatullah Khowarazmi advirtió que "las fuerzas armadas están preparadas para defender el territorio y responder con fuerza". Las disputas se centran, aparentemente, en el estatus del TTP, un grupo que Kabul niega proteger, mientras Islamabad exige que sus vecinos pakistaníes colaboren en desmantelarlo.
Diferentes países de la región han emitido las habituales llamadas diplomáticas a la "contención", con mensajes de Irán, Qatar y Arabia Saudí exigiendo "diálogo" y advirtiendo de "los riesgos para la estabilidad regional". Analistas consultados por Al Jazeera consideran improbable una escalada mayor, ya que ninguno de los dos gobiernos está interesado en una guerra con el otro, y las diferencias en capacidades militares convencionales son considerables. Hoy por hoy, las capacidades militares de Pakistán superan ampliamente a las del Afganistán de los talibanes. Pakistán, situado en el puesto número 12 en el ranking militar mundial de 145 países, cuenta con unas fuerzas armadas de 650.000 efectivos, un presupuesto de 10-12 mil millones de dólares, una fuerza aérea moderna con 1.400 aeronaves, 3.700 tanques y unas 170 ojivas nucleares, convirtiendo a Islamabad en una potencia regional indiscutible capaz de batirse con rivales de la talla de India, como se ha podido apreciar recientemente.
El Gobierno talibán de Afganistán, por el contrario, se encuentra en el puesto número 118 del ranking, tiene unos 110.000 combatientes, un presupuesto limitado para un actor estatal, de 2-3 mil millones de dólares, carece de fuerza aérea operativa y sigue dependiendo de tácticas de guerra no-convencionales, como la lucha de guerrillas. Su fuerza de caballería se reduce a una flota de vehículos blindados ligeros heredados, por lo que destaca en la llamada "guerra asimétrica", pero no cuenta con el poder militar para competir en un conflicto convencional, mientras Pakistán no tiene ningún interés en embarcarse en una larga, costosa e incierta campaña en territorio afgano.