ICE multiplica por siete su gasto en armas durante 2025
La agencia migratoria estadounidense ha destinado más de 71 millones de dólares a rifles, explosivos y armas químicas desde enero, un aumento del 700% respecto a 2024.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) ha incrementado en un 700% su gasto en armamento durante 2025, según un análisis de datos de contratación pública realizado por Popular Information. Los registros del Federal Procurement Data System muestran que, desde el 20 de enero —fecha de la investidura de Donald Trump— hasta el 18 de octubre, la agencia ha gastado 71,5 millones de dólares en “fabricación de armas pequeñas, munición y accesorios”, frente a los 9,7 millones invertidos en el mismo periodo de 2024.
El gasto se concentra en rifles y material de protección, pero también incluye compras de “armas químicas” y “componentes explosivos y cabezas de misiles guiados”, según la investigación de Judd Legum. Uno de los contratos más cuantiosos se registró el 29 de septiembre, cuando ICE pagó 9,09 millones de dólares a la empresa Geissele Automatics, fabricante de fusiles automáticos y semiautomáticos. El gasto actual no solo supera ampliamente el de la administración Biden, sino también el de los cuatro primeros años de Trump, en los que la media anual rondó los 8,4 millones de dólares.
Este incremento coincide con una serie de incidentes violentos protagonizados por agentes de ICE. En septiembre, un pastor de Illinois, David Black, fue alcanzado en el rostro por una bola de pimienta disparada por un agente. Ese mismo mes, otro oficial apuntó con su arma a viandantes tras dejarla caer durante un arresto, y una periodista de CBS Chicago resultó afectada por gases químicos después de que su vehículo fuera atacado con proyectiles irritantes. En agosto, un veterano de la Marina estadounidense tuvo que ser hospitalizado en Portland tras ser derribado y golpeado por agentes durante una protesta contra la violencia policial.
Según declaró ante NPR Ed Yohnka, portavoz de la ACLU en Illinois, “lo que estamos viendo es una escalada general de la violencia y el uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes de ICE”. La organización ha presentado una demanda en nombre de varios manifestantes, acusando a la agencia y a otros organismos federales de emplear “armas casi letales como gases lacrimógenos, pelotas de goma, granadas de aturdimiento y otras tácticas desproporcionadas” contra la población.
La investigación concluye que este aumento de gasto militarizado muestra la estrategia de la Casa Blanca de reforzar la capacidad de represión interna de ICE en el marco de su política migratoria y la represión de la disidencia política, desplegando armamento pesado en centros urbanos y manifestaciones.