La 81ª edición de La Vuelta ciclista española, presentada en Mónaco, ha llamado la atención por su nuevo mapa político implícito: la ausencia de pasos por territorios que en los últimos años concentraron protestas y bloqueos en apoyo a Palestina. El recorrido, que partirá de la ciudad de Mónaco y cruzará los Pirineos, se mantendrá en territorio andaluz durante su tramo final, culminando en Granada, sin pasar por Galiza, Euskal Herria, Madrid ni gran parte de Catalunya.

La organización ha hecho hincapié en el carácter “internacional, montañoso y técnico” de la edición, pero el diseño deja entrever una intención de evitar episodios de conflictividad política y mediática que marcaron varias etapas en la anterior edición, incluso obligando a cancelar algunas de ellas. 

Fuentes cercanas a la dirección de La Vuelta reconocen en privado que, aunque el diseño responde principalmente a criterios deportivos, buscando "la edición más dura de la década" con más de 58.000 metros de desnivel, el factor político ha tenido un peso relevante en la elección de evitar ciertos territorios. Además, el equipo antes conocido como Israel–Premier Tech, ahora rebautizado como NSN Cycling Team tras su reestructuración y cambio de identidad para intentar desvincularse del genocidio, tiene prácticamente asegurada su participación en 2026, dejando abierta la puerta a nuevas protestas.