La Unión Europea y el Reino Unido han dado un paso decisivo en la resolución de uno de los flecos pendientes del Brexit al cerrar definitivamente los textos legales que definen la futura relación de Gibraltar con el bloque. Este avance se produce seis meses después del anuncio del acuerdo político, completando el trabajo técnico iniciado hace casi cuatro años.

Según confirmó un portavoz de la Unión, el texto legal se finalizó el pasado 12 de diciembre y ahora se somete a revisión jurídica por parte de ambos lados. El objetivo principal del futuro Tratado es eliminar todas las barreras físicas a la circulación de personas y mercancías entre el Estado español y Gibraltar, preservando íntegramente el espacio Schengen, el Mercado Único y la Unión Aduanera. Esto, según Bruselas, garantizará "prosperidad compartida" y "seguridad jurídica" para los habitantes del peñón y su alrededor, incluyendo los miles de trabajadores transfronterizos.

El acuerdo político se alcanzó el 11 de junio en Bruselas, con la participación clave del comisario Maroš Šefčovič, el ministro británico David Lammy, el español José Manuel Albares y el ministro principal gibraltareño Fabián Picardo. Una vez superada la revisión legal, sin plazo fijo, el Tratado deberá someterse al Consejo y obtener el consentimiento del Parlamento Europeo. En el lado británico, requerirá una moción aprobatoria en el Parlamento de Gibraltar y, posteriormente, el procedimiento en Westminster, donde la Cámara de los Comunes tiene poder de veto efectivo conforme a la legislación de 2010.

Tanto el Gobierno británico como el gibraltareño han prometido "máxima transparencia", asegurando que el texto final será publicado y escrutado por los parlamentos correspondientes. Para la región del Campo de Gibraltar, con fuerte dependencia laboral del enclave, el acuerdo promete "fluidez en los movimientos diarios y estabilidad económica". El proceso de ratificación podría extenderse varios meses.