El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a plantear públicamente que su país “debería anexionarse Groenlandia” por razones de “seguridad nacional”, reavivando una polémica diplomática con Dinamarca similar a la desatada durante su mandato en 2019, según informa CNN. La declaración llega pocos días después de que Washington nombrara un nuevo enviado especial para asuntos del Ártico, una decisión que ya había generado malestar en Copenhague.

Según Trump, la "presencia creciente de buques rusos y chinos en aguas cercanas" a Groenlandia justifica “una respuesta firme” de Estados Unidos para evitar lo que describió como “una pérdida estratégica inadmisible frente a potencias hostiles”. “Groenlandia debería ser parte de Estados Unidos. Es cuestión de seguridad nacional y de supervivencia”, aseguró durante un acto político en Florida, donde volvió a jugar con el discurso nacionalista expansionista que marcó su presidencia.

Las palabras del exmandatario han suscitado una nueva ola de críticas desde Europa. El Gobierno danés respondió que “Groenlandia no está en venta ni mucho menos en disposición de ser anexionada”, recordando que la isla autónoma, pese a depender formalmente de la Corona danesa, cuenta con su propio gobierno y control sobre la mayoría de sus asuntos internos. El primer ministro danés calificó la ocurrencia de Trump de “completamente absurda” y lamentó que “vuelva a poner en duda la solidez de las alianzas occidentales en un momento de gran inestabilidad geopolítica”.

Groenlandia, una de las zonas más ricas del planeta en recursos minerales estratégicos y situada en una posición clave para las rutas navales del Ártico, se ha convertido en un tablero esencial de la competencia global entre Estados Unidos, China y Rusia. El deshielo progresivo ha facilitado la entrada de inversiones asiáticas y la instalación de radares y bases científicas impulsadas por Moscú, algo que Washington observa con creciente inquietud.