Alemania se prepara para celebrar elecciones anticipadas el próximo 23 de febrero tras la caída del gobierno tripartido encabezado por Olaf Scholz. La decisión se tomó este martes luego de que el SPD, el partido de Scholz, y la oposición liderada por la CDU consensuaran una fecha para los nuevos comicios. La convocatoria deberá ser confirmada por el presidente Frank-Walter Steinmeier, quien disolverá el Parlamento tras una moción de confianza donde se espera que Scholz pierda el 16 de diciembre. Esta crisis se desató con la salida de los liberales del FDP de la coalición, dejando al gobierno sin la mayoría necesaria.
El colapso de la coalición, integrada por SPD, verdes y liberales, se produjo en gran parte por divergencias sobre cómo reactivar una economía que ha caído en recesión por segundo año consecutivo. Tal y como recuerda Der Spiegel, los desacuerdos se concentraron en el presupuesto de 2025, con un déficit proyectado de 12.000 millones de euros. Paradójicamente, el gobierno alemán pretendía flexibilizar el freno de deuda que limita el endeudamiento público, contradiciendo la habitual postura pro-austeridad del Estado germano. El exministro de Finanzas y líder del FDP liberal, Christian Lindner, se oponía a esta medida, lo que finalmente provocó su salida.
De celebrarse las elecciones hoy, las encuestas apuntan a la CDU de Friedrich Merz como ganadora, seguida del SPD. Sin embargo, la opción más prometedora es Alternativa para Alemania (AfD), el partido de extrema derecha, que alcanzaría el 19,5% de los votos, impulsado por los vientos favorables que llegan desde EEUU con la reciente victoria de Donald Trump. El nuevo panorama electoral también afectará a Los Verdes y al partido BSW, que lucharán por mantener una representación clave en el Bundestag mientras Alemania enfrenta uno de los momentos políticos más inciertos de su historia reciente.