El director de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, avisa de “consecuencias catastróficas” si el Estado de Israel sigue presionando a la organización: Una generación entera en la Franja de Gaza se quedará sin derecho a la educación. Estas declaraciones llegan en un contexto en el que la UNRWA podría deja de operar en la zona debido a una nueva ley israelí que se aprobó la semana pasada, que prohíbe su presencia en todos los territorios palestinos ocupados.
La UNRWA, que brinda educación, atención médica y otros servicios esenciales a millones de refugiados palestinos y sus descendientes desde 1948, es el único proveedor educativo en la actualidad para más de 660.000 niños en Gaza. La agencia asegura que si desaparece de la región, la exclusión y la radicalización se agudizarán aún más en el pueblo palestino. Lazzarini urgió a los Estados miembros de la ONU “a intervenir y prevenir la entrada en vigor de esta legislación”, argumentando que, sin la UNRWA, “la crisis humanitaria en Gaza empeoraría significativamente”.
Organizaciones de ayuda y la ONU han enfatizado que reemplazar a la UNRWA con otras agencias no sería viable, describiendo su papel como “indispensable”. El Consejo de Seguridad de la ONU también ha advertido contra cualquier intento de desmantelar esta agencia. El Secretario General de la ONU, António Guterres, recordó al Estado de Israel su responsabilidad sobre Gaza y Cisjordania como potencia ocupante, mientras que la administración estadounidense ha solicitado a Tel Aviv “posponer la implementación de la ley”, destacando la urgencia de proteger los servicios que la UNRWA ofrece a los palestinos en Gaza.