Los ministros de Exteriores de los estados español y francés, Alemania, Italia, Polonia y Reino Unido han publicado este martes una declaración conjunta en la que condenan las acciones de Rusia en Ucrania y proponen una serie de medidas para contrarrestar lo que consideran “un desafío directo a la estabilidad europea”. El texto enfatiza el refuerzo de la OTAN, “la necesidad de incrementar el gasto militar”, incluso por encima del 2% del PIB, y el uso de los recursos económicos de la Unión Europea para sostener a Ucrania y fortalecer el aparato militar en el continente.
La declaración adopta un tono categórico al responsabilizar a Rusia de la desestabilización regional y al vincular su capacidad bélica a alianzas con países como Irán y Corea del Norte. Sin embargo, la propuesta de intensificar medidas militares contrasta con la falta de detalles sobre mecanismos concretos para evitar una escalada prolongada del conflicto, lo que, según voces críticas con la proliferación militar, deja en el aire cómo estas políticas podrían allanar el camino hacia una resolución negociada.
El énfasis en el aumento del gasto militar y la cooperación transatlántica refuerza la dependencia de Europa respecto a Estados Unidos y la OTAN, pero no considera de manera explícita las críticas internas sobre el impacto económico de estas decisiones en un contexto de inflación y crisis energética que ya afecta a las poblaciones europeas. Apelan además a ” un reparto equitativo de las cargas” dentro de la Alianza Atlántica, es decir, reconocen que existen tensiones persistentes entre los países miembros sobre quién asume mayores responsabilidades materiales y de gasto.
El comunicado también resalta “la importancia de mantener la cohesión europea”, pero no aborda los desafíos políticos internos en varios Estados miembros, donde las divisiones sobre la política exterior y la creciente fatiga social frente al conflicto ucraniano podrían dificultar la implementación de sus propuestas.
El texto afirma un compromiso con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y con una paz “justa y duradera”, pero evita detallar cómo lograr este objetivo más allá de medidas punitivas contra Rusia. En última instancia, el comunicado busca reafirmar alianzas y demostrar unidad política, pero deja abiertas preguntas sobre la viabilidad, los costos y las consecuencias de las medidas propuestas tanto para Europa como para el futuro de la región.